El Athletic no pierde en San Mamés jugando un viernes desde febrero de 2013. Ese día el rival fue... la Real Sociedad y el solitario gol de Ibai Gómez nada pudo ante las tres dianas donostiarras de Griezmann, Vela y Agirretxe. Hoy ninguno de ellos será protagonista del enésimo clásico vasco, el 72º, que se dirima sobre el césped de San Mamés. Y si a las estadísticas nos atenemos, el resultado más probable será el de empate, marcador que se ha reflejado hasta una decena de veces en el último cuarto de siglo. Pero ninguno firma tablas, en especial un Athletic que juega en casa y necesita dejar de sumar solo de uno en uno. Derbi que llega temprano, con ambos equipos en pleno rodaje, como bien apuntaba el jueves el presidente Josu Urrutia, buscando su hoja de ruta y su mejor nivel, y también «una prueba para jugar muchos minutos de una manera continuada a lo que queremos jugar», en palabras del técnico Eduardo Berizzo.
El argentino dejó claro algo en lo que todos están de acuerdo, que en un duelo de estas características «no hay favoritos» y tampoco «hay excusas». Se trata, dijo, de «saltar al campo y jugar». El entrenador rojiblanco adelantó poco o nada de lo que propondrá hoy para medirse a un rival «duro». Ni siquiera desveló quién jugará en portería, toda vez que Iago entrará en la lista, aunque lo razonable es que lo haga Unai Simón. Nada descifró sobre si Aduriz o Iñigo Martínez, aptos, aclaró, para salir incluso de inicio, serán de la partida desde el pitido inicial. Y hasta jugó al gato y al ratón con la posibilidad de repetir con Balenziaga y Berchiche en banda, una alternativa que si hace una semana respondía que sería algo casi anécdótico y excepcional, ayer reorientó su visión y aclaró que «puede ser que repitamos en San Mamés, porque tampoco encuentro que no puedan lograr profundidad; combinando bien puede ser una buena alternativa». Lo dicho, que parecen haberle convencido ambos en sus roles respectivos, por lo que no es descartable que repitan esta noche ante la Real.
Incógnitas también de medio campo en adelante. Demasiados nombres para pocos puestos: el trío atacante debe repartirse entre Aduriz, Muniain, Susaeta, Córdoba, el citado Yuri y un Williams al que Berizzo echó un capote ante la falta de gol en su estadio. «No me preocupa. La insistencia le terminará dando el gol. Me preocuparía no construir ocasiones. Ante el Barça tuvo tres, es joven, encontrará la serenidad ante el gol, serenidad para elegir lo mejor. Está muy cerca de marcar y eso me hace verlo con optimismo», analizó. Y qué mejor día para acabar con esa racha negativa de dos años sin anotar en casa que hoy...
El técnico de Cruz Alta tiene definido su once, asintió, seguramente con alguna modificación con respecto al Camp Nou, y con ese innegociable 4-3-3 cuando de poseer el balón y manejar la pelora se trata, matizó. Berizzo pide a sus hombres «encontrar el equilibrio emocional» en un derbi que para él «tiene la importancia máxima, como la de un Boca-River». A partir de ahí, «imaginación e inspiración en campo rival, elegir la mejor opción, asociarse por los costados y acertar el final de la jugada», detalle, este último, «que será fundamental» hoy. Ganar ayudaría a «asentar las cosas».