Aimar Etxeberria
GLASGOW

Nicola Sturgeon: «Paciencia, nuestro momento llegará»

Desde una posición incómoda, con una parte de la sociedad que anhela avances sobre una segunda consulta independentista y unas negociaciones del Brexit que no terminan de llegar a buen puerto, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, lanzó un mensaje esperanzador a sus simpatizantes: «Perseverar, que el objetivo está a la vista».

Ya lo había descartado bajo la premisa de que lo haría peor que su pionera; Nicola Sturgeon, primera ministra escocesa y líder del SNP, no accedió ayer al escenario principal del Exhibition Centre de Glasgow, donde la formación gobernante celebraba su conferencia anual de inicio de curso, al ritmo de ‘Dancing Queen’ de Abba. Igual porque la ocasión no invitaba a ello –tampoco era favorable el contexto para Theresa May–, o quizá porque quería básicamente que la atención de los medios se centrara en lo que tenía que decir. «Con estos tacones apenas puedo andar, bailar nunca fue una opción».

En una conferencia en la que los temas estrella han brillado por su ausencia –el SNP dejó fuera de debate cuestiones como el Brexit o el segundo referéndum de independencia–, tampoco había levantado especial interés el discurso de Sturgeon, atrapada entre una sociedad movilizada y sedienta de avances respecto a una segunda consulta y unas negociaciones sobre el Brexit que no acaban de ver luz al final del túnel.

No fue hasta la clausura de la conferencia cuando Sturgeon hizo su intervención ante los simpatizantes del partido, pero lo cierto es que la primera ministra no había parado quieta desde el instante en el que el congreso echó a andar el pasado domingo. De plató en plató, Sturgeon ya había adelantado las líneas generales de su alocución. Había avanzado, por ejemplo, que sus parlamentarios en Westminster no se opondrán a una segunda consulta sobre el Brexit, o que la decisión definitiva sobre el segundo referéndum de independencia la tomará una vez su homóloga británica llegue a un acuerdo con la UE, en caso de que lo haga.

838 días y sin idea

En efecto, la primera ministra escocesa no llegó a pronunciarse explícitamente sobre el cuándo de la segunda consulta independentista, pero los guiños a la independencia de Escocia fueron una constante en su discurso, y además no tardaron en llegar. «Fijar objetivos, paciencia y perseverancia. Con la mirada puesta en el premio, sin importar lo duro que puede resultar el camino hasta conseguirlo. Nuestro objetivo está a la vista», afirmó a las primeras de cambio para gozo de sus seguidores. Ya se había metido al público en el bolsillo.

Sturgeon esbozó los logros del Gobierno escocés en materia social y económica –el país contará con un Banco Nacional de Inversión antes de que finalice la actual legislatura en el Parlamento de Holyrood– bajo la premisa de que «los gobiernos tienen el deber de planear a largo plazo, a pesar de que a los políticos se nos pidan respuestas instantáneas y acciones a corto plazo». Pero fue el Brexit el desencadenante de la batería de titulares que dejó el discurso de la líder del SNP.

Habló sobre la ‘campaña del miedo’ en la que se basó el unionismo durante el referéndum de 2014, «campaña que ahora yace en las ruinas del Brexit», y aseguró que con la gestión del Brexit que está haciendo Westminster ha acabado con la posibilidad de que el unionismo vuelva a agarrarse al ‘project fear’. Acusó al Gobierno de May de «egoísmo» por la manera en la que está negociando la salida británica de la UE –«nunca se ha perdido tanto para satisfacción de unos pocos»– y afirmó que, «aunque la UE no es perfecta y a pesar de todas las discusiones sobre si Escocia está mejor dentro o fuera de la Unión, lo único que está claro es que han pasado 838 días desde el referéndum sobre el Brexit y todavía no tenemos idea de cómo serán las relaciones futuras entre el Reino Unido y la UE».

Sturgeon volvió a hacer hincapié en que Escocia votó a favor de la permanencia en la Unión y denunció que la propuesta del Gobierno escocés de mantener Gran Bretaña dentro del mercado único europeo fue ninguneada, así como la petición de que Escocia contara con representación en la mesa de negociación. «Esto no va de colaboración, lo que Westminster simplemente quiere es control, y Escocia se merece algo mejor. Por eso, digo que la independencia que nosotros deseamos es lo opuesto al Brexit. Nuestra independencia es sobre ser abiertos, mirar al exterior y aspirar a desempeñar un papel fundamental en el mundo que nos rodea».

Un movimiento apasionado

«Estoy más segura que nunca que Escocia llegará a ser independiente. A día de hoy nuestra misión es actualizar y fortalecer la causa independentista», instó a los suyos la primera ministra escocesa, que mandó un mensaje tanto a los tories como a los laboristas sobre la legitimidad del Parlamento de Edimburgo de convocar una segunda consulta sobre la independencia del país: «Podéis oponeros a la independencia, es vuestro derecho democrático. Pero no podéis, y no lo haréis, denegar a Escocia su derecho a decidir».

También hizo alusión Sturgeon a la manifestación independentista que el pasado sábado abarrotó las calles de la vieja Edimburgo congregando a unas 100.000 personas, de la que destacó su «pasión. Me alegró el corazón». En ese sentido, mandó un mensaje a aquellos que dicen que no hay demanda para que Escocia pueda decidir su futuro: «Los sondeos y la gente dicen lo contrario». Y es que la última encuesta sobre la independencia de Escocia, publicada el pasado domingo, indicaba que si bien a día de hoy el porcentaje de los escoceses favorables a esa opción se situaría en el 46%, una vez Gran Bretaña abandone la UE éste se vería incrementado hasta el 50%, mientras que si el abandono británico se convierte en huida, es decir, si Londres y Bruselas no llegan a un acuerdo antes, la opción independentista sería mayoritaria en Escocia con el respaldo del 52% de la sociedad.

Por ello, Sturgeon abogó por una combinación entre esa pasión y el pragmatismo, perseverancia y paciencia «para persuadir a lo que todavía no están convencidos. Si lo hacemos, creedme, el ímpetu a favor de la independencia será imparable». Las futuras relaciones entre británicos y europeos serán las que determinen el contexto en el que Escocia decida sobre su futuro. «Pero mientras esperamos, impacientemente a veces, tened claro una cosa: nuestro momento llegará».

 

Declaraciones

«Podéis oponeros a la independencia, es vuestro derecho, pero no podéis denegar a Escocia su derecho a decidir»

«Fijar objetivos, paciencia y perseverancia, con la mirada puesta en el premio cueste lo que cueste; nuestro objetivo está a la vista»

«Hay que combinar la pasión que se vio el sábado en Edimburgo con el pragmatismo. Si lo logramos, el ímpetu independentista será imparable»