Un amigo de Olga Comes, encarcelada en la prisión de Mansilla (León), a 360 kilómetros del domicilio familiar, sufrió un accidente sobre las 16.30 del domingo en las inmediaciones de Lizarra, al volver de la visita.
El allegado de la presa vasca perdió el control del vehículo y chocó con la mediana, que en ese tramo es de hormigón, debiendo ser atendido por la Policía Foral y por los servicios médicos de diversos golpes, contusiones y fracturas leves.
Igual que ocurría con uno de los ocupantes del vehículo accidentado el viernes, para esta persona es el segundo accidente que sufre desplazándose a las visitas.
Con este se elevan a 6 los accidentes ocurridos durante el presente año en viajes a cárceles españolas; tres durante el Gobierno de Mariano Rajoy, y los tres últimos con Pedro Sánchez al frente del Ejecutivo. Etxerat llega a la conclusión de que «la voluntad del Gobierno español de cambiar la actual política penitenciaria es nula y que ha podido evitar estos accidentes y sus consecuencias, pero no ha querido hacerlo». Considera también que «las expectativas que en su día creó Pedro Sánchez van quedando muy atrás, mientras van creciendo sus responsabilidades sobre la salud y las vidas de los familiares y allegados de presas y presos políticos vascos y sobre el riesgo que impone a todos ellos».