Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

Cientos de vecinos de Alde Zaharra protestan contra el proyecto del hostel de Unzu

Cientos de vecinos de Alde Zaharra han llevado a cabo una protesta contra el proyecto de un enorme hostel, con capacidad para 277 plazas, en los antiguos locales de Unzu. 

Parodia contra el proyecto del hostel de Unzu. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)
Parodia contra el proyecto del hostel de Unzu. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Varios centenares de vecinos de Alde Zaharra de Iruñea se han congregado en la Plaza del Ayuntamiento con mochilas y equipajes. Allí han realizado una parodia denunciando la gentrificación y lo que entienden como un rápido proceso de conversión del barrio en un parque turístico destinado al ocio y al consumismo. Y, en concreto, han protestado contra el proyecto de un enorme hostel, con capacidad para 277 plazas, en los antiguos locales de Unzu.

La clave de la convocatoria ha consistido en que muchos de los vecinos han cogido folios numerados del 1 al 277 con objeto de visualizar el impacto en el barrio de tantas plazas hoteleras. A ello se ha sumado una actuación teatral donde la voz cantante la ha llevado un supuesto representante de la empresa turística «Gentrificator», que ha ido guiando a todas estas personas a los locales de Burger King y el FNAC, ubicados a tan solo unos metros de donde está prevista la construcción del gran hostel.

Mientras la gente se movía, se han ido coreando distintos lemas en clave irónica contra el consumismo y la pérdida de vecinos que supone el aumento de plazas hoteleras. La teatralización ha terminado con la simulación de la colocación de la primera piedra del hostel. Y después, desde una ventana, se ha tomado una fotografía con todos los vecinos levantando los folios numerados.

Demandas vecinales

El acto se ha cerrado con un acto más político en el que se ha leído un comunicado. Con él se denunció que el barrio concentra el 40% de las plazas hoteleras pese a contar con tan solo el 5,5% de la población. Se ha criticado también la última propuesta de Geroa Bai, puesto que se considera los límites para permitir locales destinados a uso turístico resultan demasiado laxos y reviven un problema que la moratoria dictaminada por el actual gobierno de la ciudad había logrado aplazar.