Dos días después de autoproclamarse presidente interino de Venezuela, el jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó reapareció en un acto público en Caracas ayer para llamar a «una gran movilización» la próxima semana y realizar diversas iniciativas este fin de semana en contra del Gobierno de Nicolás Maduro, al que volvió a tachar de «ilegítimo». El domingo ha llamado a los ciudadanos a movilizarse en pequeños grupos para entregar a militares y policías una copia de la Ley de Amnistía aprobada por el Parlamento opositor, que contempla exculpar a quienes desobedezcan el mandato de Maduro
El principal actor del intento de golpe de Estado contra Maduro pidió a las fuerzas armadas y de seguridad que se pongan del lado de la Constitución y de la Asamblea Nacional para lograr el cese de la «usurpación» y poder crear las condiciones para instalar un «Gobierno de transición» y convocar, posteriormente, elecciones «libres».
Guaidó aseguró que el respaldo de la gente en las calles no se va a desinflar hasta que cese la revolución bolivariana y advirtió de que su detención sería un «golpe de Estado» al reiterar que su autoridad es «legítima».
Durante su largo discurso, anunció próximas medidas para «proteger» los activos venezolanos del Ejecutivo bolivariano, al que definió como una «cueva de ladrones» y pidió a la Unión Europea (UE) «más presión» contra Maduro y «respaldar la causa democrática».
A la misma hora, en el Palacio Miraflores, el presidente venezolano arremetió contra Guaidó, al que acusó de ser «un agente de los gringos en Venezuela, que lo formaron como agente y lo metieron en la política, un agente del Gobierno de los Estados Unidos. Lo sé y va a cumplir órdenes de ellos, no tiene capacidad de pensar él».
Insistió en que lo ocurrido «es un golpe de Estado orquestado desde EEUU», que aseguró derrotará «íntegra y absolutamente», y volvió a dar 72 horas a Washington para cerrar sus sedes diplomáticas y retirar a su personal, algo que la Casa Blanca ha dicho que no cumplirá.
Maduro insistió en que no es tiempo de amenazas militares, guerras, intervencionismo ni golpe de Estado e instó a su homólogo estadounidense, Donald Trump, a «cambiar toda esa política equivocada» y resolver la situación «por las buenas».
Reiteró su disposición a entablar un diálogo con la oposición y señaló que siempre ha habido canales de comunicación «a pesar de las recientes acciones de la oposición venezolana y de la injerencia extranjera».
«Estoy listo para el diálogo porque creo en la paz, en la palabra, soy un hombre de palabra», afirmó Maduro, que dijo estar dispuesto a un diálogo «sin condiciones, con agenda abierta para acuerdos parciales que nos permitan avanzar en la paz, en la recuperación del país y para un acuerdo global de gobernabilidad, de democracia»..
Mediación de México
En esta línea, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, abrió ayer las puertas de su país para que Maduro y Guaidó inicien un diálogo. «Si las partes lo solicitan, estamos en la mejor disposición de ayudar para que haya el diálogo, y sin el uso de la fuerza y violencia se resuelvan los problemas», manifestó, aunque sostuvo que la viabilidad de su oferta depende de la voluntad de las partes.
«No es que estemos a favor o en contra de nadie, estamos por defender los principios constitucionales de la política exterior», subrayó al abogar por la «no intervención» y la «autodeterminación de los pueblos».
Añadió que el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ya tiene instrucciones «para apoyar en la medida de nuestras posibilidades, sin injerencia en el conflicto» y sin tomar partido.
«Esto tiene que ver con una tradición histórica de nuestro país en política exterior. No nos debemos de meter en asuntos de otros pueblos, porque no queremos que ninguna hegemonía, ningún gobierno extranjero, intervenga en los asuntos que sólo corresponden a los mexicanos», acotó.
Maduro el jueves ya acogió positivamente la propuesta de México y Uruguay de ejercer de mediadores en un eventual diálogo. En ese sentido, ayer Guaidó la rechazo al indicar la única propuesta a discutir es «el cese de la usurpación».
«El régimen del usurpador está acostumbrado a dos cosas cuando la presión le sube: la primera, la represión, el asesinato, la persecución (...); y la segunda, a que cuando esa represión no le ha resultado se convierte en falso diálogo», subrayó el presidente de la Asamblea Nacional.
Ultimátum de la UE
Anoche, la Unión Europea (UE) trataba de consensuar, con muchas dificultades, una declaración que se esperaba fuera en la línea de la posición expresada por estados como el español o el alemán, favorables a dar un ultimátum a Nicolás Maduro para que convoque elecciones de forma inmediata o, de lo contrario, reconocerán a Guaidó como presidente interino.
Los embajadores de los veintiocho socios mantuvieron una reunión para preparar una nueva declaración, después de la que emitió en su nombre la jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, dando apoyo a la Asamblea Nacional como institución legítima del país, pero no daba reconocimiento explícito a Guaidó.
En cambio, en la nueva declaración, los países quieren ir más allá ante la evolución de la situación sobre el terreno y se prevé que hagan hincapié en la necesidad de celebrar comicios presidenciales en un futuro muy próximo, apuntaron fuentes diplomáticas. Reconocieron que la idea es que sea un último aviso a Maduro para que convoque esas elecciones y apuntaron que, en la reunión de ayer, muchos estados miembros con peso se decantaban por reconocer a Guaidó si no se inicia un proceso electoral en Venezuela.
Por su parte, el canciller ruso, Serguei Lavrov, reiteró su condena a lo sucedido en Venezuela y consideró «inadmisible» y contraria a la carta de la ONU y las leyes internacionales la postura de EEUU «y de quienes les siguen ciegamente». Calificó la posición de EEUU de «política destructiva» porque significa «un llamamiento directo al golpe de Estado« y supone una «injerencia en los asuntos internos de los países».
Correa alerta de «un nuevo Plan Cóndor» en marcha y Lula cuestiona la moralidad de Bolsonaro para criticar a Maduro
Los expresidentes de Ecuador Rafael Correa y de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y los antiguos colaboradores de la exmandataria argentina Cristina Fernández condenaron el intento de golpe de Estado y la autoproclamación de Juan Guaidó como «presidente encargado» de Venezuela.
Correa consideró «vergonzosa» la «claudicación al imperialismo» de los países de la región por reconocer a Guaidó, advirtiendo de que se sienta un precedente peligroso que se podría extender a cualquier gobierno.
Alertó de que «estamos ante un nuevo Plan Cóndor». «No se utilizan militares, asesinatos, desapariciones porque no los necesitan, pero no excluyamos esa posibilidad», resaltó.
Desde prisión, Lula se preguntó «qué moral» tiene el presidente Jair Bolsonaro para criticar a Venezuela. «¿Bolsonaro no cuida ni de su hijo y quiere cuidar de otro país?», reprochó, aludiendo a Flavio Bolsonaro, senador electo, que está siendo investigado por irregularidades fiscales y por contratar a una familia sospechosa de matar a una concejala.
El bloque kirchnerista del Congreso argentino denunció en un comunicado el «intento de golpe» en Venezuela, facilitado por una «injerencia indebida», al tiempo que apeló al diálogo como «único camino» para lograr una solución.
Un grupo de 70 intelectuales, historiadores y expertos en política, entre ellos el filósofo Noam Chomsky y el relator independiente de la ONU Alfred de Zayas, han firmado una carta abierta en la que critican que con el reconocimiento de Guaidó, Trump «ha acelerado la crisis política de Venezuela con la esperanza de dividir a los militares venezolanos y polarizar aún más a la población, obligándolos a elegir bandos».GARA