Amaia U. LASAGABASTER

Una fiesta en las gradas, pero un duelo de primera en el césped

Real Sociedad y Athletic disputan su 30º derbi liguero que, por segunda temporada consecutiva, se disfrutará en Anoeta.

Por segunda temporada consecutiva, Anoeta abre sus puertas al derbi femenino. Y las previsiones apuntan a que, por segunda temporada consecutiva, la grada del estadio donostiarra, que el año pasado acogió a 21.500 aficionados, registre una magnífica entrada.

No será casualidad, como no lo fue el récord que se batió en San Mamés la semana pasada, ni las noticias cada vez más alentadoras y más frecuentes en ese sentido que van llegando desde diferentes puntos. La ola en la que parece haberse subido el fútbol femenino tiene como principales responsables a sus protagonistas, ya sean clubes, poderes públicos o, sobre todo, futbolistas. Y por eso hoy se vivirá una fiesta en la grada pero sobre todo se vivirá un duelo de primera en el césped.

Todo invita a pensar en un gran partido. En Anoeta no sólo se dan cita dos rivales especialmente motivados, también lo hacen el quinto y sexto clasificados de la Liga. Un Athletic que esta temporada sólo ha caído ante Atlético, Barcelona y Levante –los tres mejores de la Liga– y una Real que vive su mejor momento, no ya del curso, sino incluso de los últimos años. Superado el bache en el que cayó precisamente tras su derrota en Lezama en la primera vuelta, el equipo donostiarra ha saldado sus seis últimos partidos con dos empates y cuatro victorias. A lo que hay que añadir un quinto triunfo, el que le ha clasificado por segunda vez en su historia para las semifinales coperas, que le enfrentarán el próximo domingo al Sevilla, también en Anoeta.

Así que el Athletic pondrá a prueba su impresionante currículum en los derbis –vente victorias ligueras de las rojiblancas, dos del equipo txuriurdin y siete empates– frente a un equipo que no sólo se encuentra en un gran momento de forma, sino que además vive en un ambiente de euforia desde hace diez días.

Algo que, de todas formas, también tendrán que gestionar las donostiarras, que hacen frente a una semana sumamente exigente –antes de recibir al Sevilla visitarán el miércoles al Levante– en lo físico y en lo mental. Y que ya la temporada pasada acusaron el exceso emocional que supuso jugar por primera vez en su estadio y ante 20.000 aficionados.

El equipo de Gonzalo Arconada afronta el choque con la única baja de la lesionada Bea Beltrán. Y con muchas alternativas, de esquema y de nombres, como se ha podido comprobar en los últimos partidos y que son especialmente bienvenidas en semanas como ésta.

Son dos las ausencias en el caso del Athletic, que deja en casa a Maite Oroz –esta semana ha saltado ya al campo– y Yulema Corres por lesión. A cambio, Joseba Agirre recupera a Ainhoa Álvarez y a otras dos jugadoras fundamentales en su equipo: Damaris Egurrola y Lucía García –la asturiana ha marcado los cuatro goles rojiblancos en los dos últimos derbis– que, previsiblemente, partirán en el once.

 

Las emociones y los errores, clave del choque

Con cauto optimismo. Así llegan a la cita los dos equipos. La Real confía en su buen momento y el Athletic en su capacidad competitiva para llevarse los tres puntos y, claro, el gustazo de ganar el derbi.

Tras la experiencia del año pasado, en Donostia tienen claro que la gestión de las emociones resultará fundamental. «Nos pudo el aspecto emotivo. Hemos intentando que nos sirva de aprendizaje y creo que el equipo está más tranquilo», explica Gonzalo Arconada, que ve a su equipo «en el mejor momento de la temporada» y con «plenas garantías de poder competir bien» y «merecerse la victoria».

Joseba Agirre también destaca el «buen momento» de su rival pero recuerda que también lo estaba cuando cayó en Lezama en la primera vuelta. En su opinión, la clave del partido residirá en «gestionar las emociones» y «minimizar los errores».A.U.L.