Navarpluma es una empresa dedicada a la transformación de pluma de pato y ubicada en Arazuri Orkoien. Está participada por Martiko y cuenta con 38 trabajadores y trabajadoras. En abril de 2018 ELA consiguió celebrar elecciones sindicales y lograr tres delegados, a pesar de las trabas de la empresa, según ha recordado Pascual.

Las condiciones laborales en Navarpluma se caracterizaban por la precariedad, los bajos salarios, problemas de salud laboral, cámaras de vigilancia, acoso laboral y cambios de turnos sin previo aviso.

Tras los 41 días de huelga han conseguido un convenio de empresa con vigencia para dos años, se introduce la ultraactividad indefinida, se fija la imposibilidad de descuelgue unilateral del empresario, se logran subidas salariales superiores al 10% y una reducción jornada de 24 horas además de dejar de trabajar los domingos. Junto a ello, se obliga a la empresa a elaborar un calendario laboral anual que fije los turnos, que no podrán ser modificados.

Pacual ha destacado que Navarpluma es una empresa que genera beneficios y que, al mismo tiempo, dedica una cantidad ínfima de sus recursos a los salarios de la plantilla. Junto a ello, ha destacado que Navarpluma recibe ayudas públicas a través de un acuerdo de colaboración entre la CEN y Sodena que financia el Gobierno navarro.

«Lamentablemente, las condiciones laborales tan precarias de Navarpluma no son una excepción en la industria navarra», ha añadido Pascual, que ha subrayado la importancia de la caja de resistencia de ELA para hacer frente a los 41 días de huelga y la determinación de los trabajadores y trabajadoras.