Pasadas las 12:30 una nube de fotógrafos, periodistas y escoltas atravesábamos la calle Dato de Gasteiz, revoloteando alrededor de la comitiva que presidía Pablo Casado. Junto a él su número tres y exalcalde, Javier Maroto, el presidente del PP de la CAV y también exalcalde, Alfonso Alonso, la candidata a la alcaldía, Leticia Comerón, y el candidato a diputado general, Iñaki Oyarzábal. Había también algunos otros dirigentes, como la secretaria general Amaya Fernández, y la secretaria y candidata vizcaina, Raquel González. No había presencia guipuzcoana.
El paseo ha comenzado a paso rápido, que algún periodista ha identificado más con Mariano Rajoy, y su andar rápido, que con los nuevos tiempos de Pablo Casado. Antes de llegar al punto donde la prensa le esperaba desde hacía ya bastantes minutos, desde la terraza de un bar se ha levantado un grupo de mujeres a saludar a los políticos. El recorrido por el centro de Gasteiz no ha roto la normalidad ciudadana, más allá de la expectación que crea un grupo de cámaras rodeando a quienes normalmente solo ves en televisión. «Sí, es Casado», se oía por un lado, y un expresivo «¡qué asco!» lanzado por un par de mujeres. Unas pocas personas se han acercado también para tocarle en carne mortal.
El paseo se ha detenido en medio de la calle para no cruzar las vías del tranvía con el semáforo en rojo. Allí estuvo el edificio de la Hacienda muncipal y Alfonso Alonso le ha explicado a Pablo Casado que en ese lugar pasó mucho tiempo Javier Maroto. «¿Ah, eras concejal de Hacienda? Yo pensaba que fuiste de Urbanismo», ha comentado Casado.
Cuando el semáforo se ha puesto en verde, la comitiva ha seguido su recorrido hasta llegar a la sede electoral que el PP acaba de abrir y donde le esperaban una treintena de afiliados y cargos públicos. Fotos. Besos y abrazos. Algún «fuera». Un «Corrupto». Una joven madre de raza negra se ha parado y con su hija de corta edad se ha acercado a Casado, que no ha dudado en coger a la niña en brazos. Ni Maroto ni Oyarzábal le han preguntado si tiene «papeles» o cobra la RGI.
El paseo ha finalizado con la foto turística de grupo ante el letrero de musgo en el que se lee Vitoria Gasteiz en la plaza de la Virgen Blanca. De allí, vuelta al hotel para desplazarse al exclusivo Peña Vitoriana Tenis Club, donde tenía prevista una conferencia.
Sistema educativo y competitividad
Concretamente Casado ha intervenido en el encuentro «Foro Empresarial 2020 Diálogos por Vitoria y Álava. Revolución fiscal para un entorno competitivo», donde ha señalado que el Concierto Económico «es bueno para el País Vasco y está en la Constitución».
El presidenciable del PP ha apuntado que uno de los pilares de la competitividad radica en la educación, ha pedido la implicación de la empresa, y ha considerado que «el sistema educativo en España no es competitivo». Además, ha lamentado que «se coarte la libertad de elección educativa y se emponzoñe el debate con la cooficialidad de lenguas autonómicas, en vez de hablar de ser bilingües en inglés».
Ha dicho que ojalá él hablara «las cuatro lenguas cooficiales» del Estado español, «pero sin olvidar el inglés y, por cierto, el castellano, porque no está mal tener la lengua más hablada del mundo».
Casado ha abogado porque «se fiche a los mejores profesores, no solo a los que hablan euskera. Me parece muy bien que sea un mérito, sobre todo si es un mérito después de la oposición porque queremos los mejores médicos».
«Vengo a achicharrarme por España»
Ha considerado que no tiene que ser «más importante hablar la lengua cooficial que haber hecho no sé cuántas operaciones en Nueva York o doctorados. Al final, quien lo acaba pagando es el paciente». No obstante, sí ha defendido que el castellano tiene que ser lengua vehicular.
«Yo vengo a achicharrarme por España», ha continuado Casado, quien ha defendido que «la política es como una empresa: apostar, hipotecarte y, si te arruinas, levantarte y volver a emprender. Llevamos demasiados años de política de salón. Nos gusta es gestionar, no meternos en la vida de la gente, crear empleo, garantizar pensiones, sanidad, educación, el prestigio de España y el futuro de la sociedad».
El candidato del PP ha hecho un repaso por la «revolución fiscal» que plantea si accede al Gobierno de Madrid. Ha apostado por bajar el Impuesto de las Rentas de las Personas Físicas por debajo del 40%, el de Sociedades por debajo del 20%, y suprimir Sucesiones, Donaciones, Actos Jurídicos Documentados y Patrimonio.