Euskal Herria es diferente. Aquí el «trifachito» español es prácticamente residual y solo obtiene representación en el Congreso de los Diputados a través de los dos escaños de UPN, que para mantenerlos ha tenido que sumar junto a PP y Ciudadanos.
En Euskal Herria gana el abertzalismo. El PNV es el partido más votado en el conjunto de Hegoalde y, por primera vez, ha conseguido liderar el territorio de Araba en unas elecciones a las Cortes Generales.
EH Bildu, por su parte, ve colmadas casi todas sus aspiraciones. Arnaldo Otegi hablaba de 200.000 votos en Euskal Herria y más de un millón sumados con sus aliados en el Estado. Y ayer, las urnas le dieron cerca de 260.000 en nuestro país y junto a ERC y BNG suman más de 1.350.000 votos. Esto supone 4 parlamentarios seguros en Euskal Herria y otros 15 de ERC.
Pero en el caso de EH Bildu la satisfacción se multiplica cuando se mira a Araba. Sus votantes han logrado un éxito indescriptible, que hizo llorar a más de uno al ver los resultados al 100% del escrutinio. Lo que al inicio de campaña parecía imposible se tornó realidad a través de trabajo, de los aciertos propios de campaña y de los errores de sus adversarios. El candidato de EH Bildu en Araba, Iñaki Ruiz de Pinedo, le arrebató el escaño al candidato del PP, Javier Maroto.
El partido independentista lo consiguió en las elecciones municipales de 2015 y lo ha vuelto a lograr en un escenario mucho más desfavorable, las elecciones españolas: «Agur Maroto». El candidato del PP, que en un reciente debate electoral aseguró que le daba «vergüenza» compartir espacio con Ruiz de Pinedo, no tendrá que sufrir en el Congreso. Allí estará el diputado de EH Bildu y no Maroto, el escenario que el presidente del PP, Pablo Casado, tanto decía temer. Aunque es cierto que la pérdida de escaño del PP se debe a la fragmentación de la derecha, también lo es que Cs y Vox apenas han hecho campaña en Araba y, en concreto, en Gasteiz.
A EH Bildu le queda la espina de que, por unos pocos votos, Bel Pozueta no obtenga su escaño en Nafarroa; un resultado que, unido a la no obtención de ningún representante en el Senado para Aldaketa, debería hacer reflexionar, y mucho, a las «fuerzas del cambio», sobre todo a aquellas que han hecho prevalecer sus siglas sobre otras cuestiones hasta el último momento de campaña.
Refuerzo del PSOE
A lomos del caballo ganador de la Moncloa, el PSOE vio ayer muy reforzadas sus posiciones en Hego Euskal Herria, pero cuando otras veces había conseguido la victoria, esta vez ha quedado en segundo puesto.
El PNV le ha ganado sin ni siquiera participar en Nafarroa, y lo ha hecho claramente en los tres territorios de la CAV, donde también se ha impuesto a Elkarrekin Podemos.
Podemos pierde un tercio
Unidas Podemos, que fue la gran triunfadora de las elecciones de 2016, se ha dejado esta vez un tercio de sus votos y mantiene 5 de los 8 diputados que tuvo hace cuatro años.
En Euskal Herria hay varias realidades: la primera, que también en las elecciones estatales el abertzalismo es mayoritario; y la segunda que la orientación de su electorado es abiertamente progresista y deja muy poco espacio para la derecha más rancia.
Y en menos de un mes, elecciones municipales y forales en los cuatro territorios.