A su juicio, fue «la voluntad de la sociedad civil la que permitió desatar nudos que parecían imposibles, y será la sociedad civil la que construya las condiciones para avanzar en la resolución de las cuestiones pendientes, única garantía de no repetición».

El Foro Social cifra en tres dichas cuestiones pendientes. La primera, «el derecho de todas las víctimas de todas las expresiones de violencia a la verdad, la justicia y la reparación».

La segunda, «la necesidad de profundizar en la búsqueda de una solución definitiva a la cuestión de las personas presas, huidas y deportadas que pasa por la superación definitiva de la situación de excepcionalidad penitenciaria».

Y la tercera, «generar los consensos básicos necesarios para avanzar hacia una memoria inclusiva que, sin olvidar nada de lo que hemos vivido, nos permita construir un futuro basado en una cultura de derechos humanos y paz».

«Ejemplo claro de lo que no queremos ser»

El Foro Social remarca que la recién finalizada campaña electoral «ha sido un ejemplo claro de lo que no queremos ser. Nos referimos a los inaceptables episodios que hemos vivido estas últimas semanas: La banalizacion del dolor sufrido, la falta de respeto a las víctimas de la violencia, los ataques a víctimas de ETA en redes sociales, la estigmatizacion de localidades como Altsasu o Errenteria, etc».

Frente a ello, celebra que «la sociedad ha dado una lección de madurez, votando de manera abrumadora a las opciones que han apostado por la convivencia, el debate sosegado y la búsqueda de acuerdos».

El Foro Social considera que el cambio en el Gobierno español en junio de 2018, con la moción de censura a Rajoy, y el resultados de estos comicios «a la espera de lo que ocurra en las proximas semanas», abren una «oportunidad para avanzar» en las cuestiones pendientes.