¿Cómo afronta el reto de presentar a la Alcaldía de Agurain?

Cuando me lo propusieron fue un pequeño shock porque no me lo esperaba. Estoy acostumbrado a trabajar en movimientos populares y veo que en el pueblo hay otra manera de hacer las cosas y eso me tiró a afrontar este reto, que me parece un compromiso grandísimo, y lo hago con mucha ilusión y con muchas ganas de hacer cosas por el pueblo. Me parece una oportunidad para poder seguir trabajando por el pueblo y por la gente del pueblo.

¿A qué manera de hacer las cosas se refiere?

A contar más con la gente del pueblo sobre todo. Ahora mismo el Ayuntamiento está muy alejado de la ciudadanía, es como si estaría cerrado a la ciudadanía, y nosotros lo que queremos hacer es justo lo contrario, abrirlo y contar con la gente, que la gente tenga la posibilidad de presentar propuestas. Queremos que la gente pueda participar, porque ahora mismo no tiene la posibilidad de hacerlo.

A veces parece que los ayuntamientos son los edificios, y no, los ayuntamientos somos las personas, somos quienes hacemos los pueblos, y queremos dar la oportunidad a la gente para poder construir su propio pueblo. Queremos hacer públicas las comisiones informativas, a las que ahora mismo la ciudadanía no puede asistir, y devolver al pleno algunas cuestiones que ahora se llevan la Comisión de Gobierno. Además tenemos una partida de 50.000 euros en el presupuesto para que la ciudadanía pueda decidir, y queremos implementar otras herramientas para que la gente pueda participar, como pueden ser los referéndums.

Estos comicios son especiales, ya que no se presenta el actual alcalde, Iñaki Beraza.

Es una incertidumbre lo que va a pasar, porque además de que Iñaki no está, vamos a tener dos concejales más por superar los 5.000 habitantes. Con Iñaki hemos tenido muchos desacuerdos y de aquí adelante solo espero que le vaya bien.

En los comicios del 28 de abril hubo una diferencia de 24 votos entre el PNV y EH Bildu.

Hemos visto que en comparación con las anteriores generales hemos subido mucho, y creo que eso se debe al trabajo que se están haciendo dentro de EH Bildu. La gente ve la seriedad del trabajo que está haciendo EH Bildu, ve que ese trabajo llega a las personas, y los resultados nos sirven como un trampolín para coger con optimismo estas elecciones.
Vemos viable poder llegar a la alcaldía, y tenemos un programa muy amplio, y para llevar a acabo ese programa vemos imprescindible estar en la Alcaldía porque estos cuatro años hemos visto el PNV ha metido en un cajón todos nuestros proyectos. Para sacar esos proyectos y otros nuevos es imprescindible estar en la Alcaldía, y hemos hecho un grupo con gente joven y con experiencia, como Maider, la anterior alcaldesa.

Uno de los temas que han marcado la última legislatura ha sido el cambio en la ordenanza de tráfico, aprobada por EH Bildu la pasada legislatura y modificada por el PNV. ¿Si llegan a la Alcaldía la volverán a cambiar?

De momento tenemos que ver como funciona la ordenanza, porque está en vigor pero nadie se hace cargo de ella. El Ayuntamiento dice que la responsabilidad de hacer cumplir esa ordenanza es de la Ertzaintza, pero el cumplimiento de una ordenanza depende del Consistorio. Y tenemos que ver como funciona, porque no la podemos estar cambiando todos los años, tenemos que hacerla cumplir, y, cuando pase un tiempo, hablaremos con los vecinos y vecinas sobre si hace falta un cambio o no. Desde que se implementó la anterior ordenanza se ha producido un cambio en la calle Mayor, donde ya no se ven coches aparcados, y eso los vecinos y vecinas lo agradecen.

Pero el Casco Viejo necesita más medidas para revivir, porque lleva muchos años abandonado. El Ayuntamiento no ha hecho nada, y se ha ido perdiendo comercio. Y es una pena porque es un Casco Histórico precioso y nosotros queremos darle vida, actualizando el plan de comercio, que la gente tenga la opción de poner su comercio en el Casco Viejo, y queremos dar vida a los edificios públicos que están abandonados y vacíos. Tenemos un proyecto de viviendas de alquiler social para jóvenes en el Casco Viejo. Son once viviendas rotativas. Además queremos usar como Casa de Cultura el matadero viejo, y hay algunos edificios, como en el que está el euskaltegi de AEK, que necesitan una rehabilitación urgente porque están como hace 40 años. Queremos ordenar todos esos edificios, más otros que hay vacíos, y hacerlo con un poco de sentido común.

Hay grupos que todos los años tiene problemas para buscar un sitio para desarrollar su actividad, a los que el Ayuntamiento dice que no hay locales, y eso es mentira. Sí que hay locales pero hay que darles vida.  Además, hay casas viejas que no se restauran porque ponen mucho dinero, y habría que buscar una formula para poder acometer la rehabilitación.