El «impacto económico» de Eurocopa y Tour, próximos eventos en Bilbo y Bizkaia
San Mamés acogerá la Eurocopa en 2020 y España jugará como «local» si logra la clasificación. El Tour es el próximo objetivo del PNV en Bilbo y Bizkaia. Se habla del «impacto económico» de estos eventos -100 millones en 2018-, pero sobre todo funciona para el consumo interno.
2018 ha estado marcado en Bilbo y Bizkaia por la celebración de distintos macro eventos. Las finales europeas de rugby de clubes, los premios MTV y la gala de los mejores 50 restaurantes han sido los platos fuertes. El alcalde de Bilbo, Juan Mari Aburto, aseguraba en una entrevista que el Consistorio ha gastado 5 millones de euros y que el «impacto económico» ha sido de 100 millones de euros.
Es complicado, por no decir imposible, rebatir la rentabilidad de estos eventos ya que las cifras se desvelan a cuentagotas por parte de los representantes institucionales y se desconoce la fórmula exacta para calcular el citado «impacto económico». Si a esto añadimos que se introduce la variable sobre lo que es bueno y malo para la imagen de la ciudad, el márketing y la publicidad, resulta aún más subjetivo.
Sin embargo, hay hechos que demuestran que a pesar de las campañas, no es oro todo lo que reluce. En su día, en el mandato de Iñaki Azkuna, la capital vizcaina acogió las carreras de coches de la segunda división de F1. Eran tiempos de Epsilon Euskadi, proyecto que acabó en los tribunales, y Fernando Alonso ganaba mundiales. La prueba resultó una ruina, se hablaba de 10-12 millones de euros de pérdidas, y no volvió a repetirse.
En el caso de los eventos de 2018, falta por concretarse el gasto de la Diputación de Bizkaia para hacer una valoración más pormenorizada. En los premios MTV, por ejemplo, se ha reconocido que se sufragaron 3 millones de euros entre Ayuntamiento y Diputación. Al mismo tiempo, habría que aclarar si otras instituciones como puede ser el Gobierno de Lakua, que asistió a las ruedas de prensa de las finales de rugby, también han aportado ayudas y si entidades privadas, como sucede con la BBK en el festival musical de Kobetamendi, colaboran de alguna manera.
El año pasado las finales de rugby celebradas en San Mamés suscitaron muchos comentarios tras no cumplirse las cifras anunciadas por las instituciones. Se aseguró que llegarían a Bilbo 100.000 personas, anunciando un lleno en San Mamés para los dos partidos que no se cumplió. A esto habría que añadir las denuncias de los seguidores de los equipos que participaban en las finales por el aumento exagerado de los precios de los alojamientos. Ante esta situación, muchos optaron por irse a ciudades de los alrededores.
Un año después y en plena campaña electoral, nadie se acuerda de las cifras, y tanto el PNV como su socio, el PSE, siguen apostando por esta línea que aseguran sirve para atraer el turismo y poner a la ciudad en el mapa internacional. Y las encuestas parece que les dan la razón ya que la ciudadanía se muestra satisfecha.
Para la próxima legislatura ya tienen atados dos eventos, la final de clavadistas Red Bull en otoño de 2019 y la Eurocopa en verano de 2020.
Para acoger el evento futbolístico, la Diputación de Bizkaia ha tenido que modificar la normativa foral exigida por la UEFA para eximir del IRPF a los no residentes durante la Eurocopa. EH Bildu ha denunciado las exenciones fiscales en repetidas ocasiones, pero apenas han tenido eco.
A esto hay que añadir, que en caso de lograr la clasificación, España jugará como «local» en San Mamés. Desde el PNV prefieren pasar de puntillas sobre el asunto y evitan las polémicas, pero la presencia de la selección española en Bilbo -no juega en Euskal Herria desde el franquismo- seguro que no pasa desapercibida.
Luego, está saber cuáles serán las otras selecciones y, sobre todo, cómo son sus aficionados. Los incidentes ocurridos en los partidos del Athletic en Europa League ante Spartak de Moscú y Olympique de Marsella la temporada pasada permanecen en el recuerdo. Y sindicatos de la Ertzaintza han realizado declaraciones diciendo que no están preparados.
El siguiente objetivo jeltzale en el horizonte, que ya han citado en numerosas ocasiones tanto Aburto como Unai Rementeria, candidato a la reelección como diputado general de Bizkaia, es el Tour. También el lehendakari Iñigo Urkullu y Jean René Etchegaray, presidente de la mancomunidad de Ipar Euskal Herria, han asegurado que quieren organizar una etapa. Las cifras para acoger la carrera ciclista más importante del mundo oscilan entre los 600.000 euros por un final de etapa o los 6 millones de euros, en caso de albergar la salida del inicio de la ronda gala.
Lo que está claro es que para acoger estos eventos hay que pasar por caja. Y con el PNV liderando las instituciones en Bilbo y Bizkaia se saca de donde haga falta, al más puro estilo de Qatar.
Aunque después se reconozca que Aste Nagusia, una fiesta surgida desde el movimiento popular, con un millón y medio de personas y 80 millones de euros de «impacto económico» es el mayor evento que se celebra en la capital vizcaina.
Y es que si lo único importante fueran las cifras, probablemente, el mayor «impacto económico» en cuanto a coste-beneficio en las arcas públicas haya sido en 2018 la venta de Laporte al Manchester City y Kepa al Chelsea. 145 millones de euros ha recibido el Athletic.