No hay quien frene al Olympique. El equipo de Lyon ha ratificado su condición no ya de mejor equipo del mundo, sino de la historia, barriendo al Barcelona en la final de Champions League, disputada en Budapest.
El partido se ha decidido en la primera parte. Dos goles casi calcados -centro de Van der Sand desde la izquierda y remates de Marozsàn primero y Hegerberg después- han colocado el 2-0 en el marcador para el cuarto de hora. En el 19 llegaba el tercero, esta vez con un centro de Majri desde la izquierda que volvía a colocar Hegerberg con una bonita volea. Se cumplía la media hora cuando la delantera redondeaba su hat-trick y el marcador rematando un centro de Bronze desde la izquierda.
La final ha cambiado tras el descanso. Las francesas se ha relajado y el Barcelona, con todo perdido, se ha tranquilizado. El equipo blaugrana ha agradecido la entrada de Oshoala en la recta final. Suyo ha sido el gol de la honrilla, al batir por bajo a Bouhaddi tras recibir de Martens.