Hace unos meses se publicaba la versión en catalán de la antología poética de Joseba Sarrionandia ‘Hilda dago poesia?’ fruto del puente de colaboración creado entre la editorial vasca Pamiela y la casa catalana Pol.len edicions.
‘És morta la poesia?’ vio la luz gracias a la traducción realizada por Ainara Munt, que recientemente ha sido premiada en reconocimiento a esta labor con el Cavall Verd, que concede la Asociación de Escritores en Lengua Catalana.
Pol.len edicions celebró este galardón con una fiesta que tuvo lugar el pasado viernes, y donde Joseba Sarrionandia «asistió» a través de una carta, donde reivindicó la importancia y el valor de la traducción en el mundo de la literatura, una labor que en muchas ocasiones ha carecido de reconocimiento.
«Durante mucho tiempo la labor de traducción apenas era reconocida, ni para bien ni para mal. En muchos casos ni se mencionaba el nombre del traductor, considerando la actividad como oficio menor», indicaba el escritor de Iurreta en su mensaje.
«Muchos de nosotros hemos tenido la suerte de leer en nuestro idioma la ‘Iliada’ de Homero o el ‘Macbeth’ de William Shakespeare, los versos de Omar Khayam o las novelas de Paul Auster sin ni siquiera fijarnos en el nombre del traductor», continuaba.
Traducción-traición
A esta falta de reconocimiento, Sarrionandia considera que se le añaden prejuicios como el de ‘traduttore traditore’. «En realidad, la actividad traductora tiene incontablemente más que ver con la solidaridad que la traición», defendió.
A su juicio, traducir no consiste solamente en «transferir equivalencias entre un idioma y otro», por lo que en su misiva puso en valor algunas de las virtudes de la traducción. «La traducción supera lo estrictamente lingüístico e ilumina mucho lo cultural y lo humano: hace comprensible lo que no se entiende y nos pone en el lugar del otro. Muestra en nuestro propio idioma realidades de otros, facilitanto el entendimiento de esos contextos socioculturales ajenos. O sea, la traducción acerca lo distante».
Y se dirigió a la comunidad lectora. «Al encontrarse con gente como ustedes uno se da cuenta de que formamos parte de la gente que se acepta las diferencias, que pueden ser, contrariamente a lo que algunos sostienen, traducibles y solidarias».