«Reclamamos justicia para nuestros amigos militantes antifranquistas», ha señalado María Luisa Mangado. «Una y otra vez, la Delegación prohibe homenajes a estas personas pues considera que constituyen apología del terrorismo», ha denunciado.
En su opinión, la Ley de Amnistía debiera haber borrado los «dossieres negros» de la dictadura, donde se catalogaba a los militantes contra la dictadura. Artajo y Asurmendi, miembros de EGI (Eusko Gastedi del PNV) fallecieron en 1969 cuando manipulaban un explosivo. Su objetivo era atentar contra símbolos del franquismo.
«Vemos cómo los criminales al amparo del Estado sí son objeto de homenajes. Se premió a los torturadores como si nada hubiera pasado», ha recordado Mangado. El doble rasero, por tanto, es evidente. La amnistía se aplicó de forma discrecional.
Ambas asociaciones piden, en consecuencia, que el defensor del pueblo en Nafarroa se ponga en contacto con su homólogo en Madrid y emita una opinión al respecto.