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PARÍS

Renault deshoja la margarita de FCA sin despejar las dudas de Nissan

Mientras el consejo de administración de Renault se reunía para evaluar la propuesta de fusión lanzada por Fiat Chrysler (FCA), la dirección de Nissan permanecía expectante, ya que de la decisión del grupo francés depende el futuro de la alianza que mantienen desde hace veinte años. La decisión podría tomarse hoy.

Sobre la mesa de la reunión del consejo de administración de Renault, que comenzó a primera hora de la tarde, estaba la propuesta de fusión formulada por el grupo italo-estadounidense Fiat Chrysler (FCA), que ya ha recibido un apoyo condicional del Gobierno francés.

Precisamente, según informó AFP, hasta poco antes de iniciarse la reunión se habían mantenido intensas discusiones para intentar satisfacer las peticiones de garantías del Estado francés, que es el primer accionista de Renault con el 15% del capital.

Por otro lado, el presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, llamó por la mañana al patrón de Nissan, Hiroto Saikawa. Este afirmó el lunes que no se opone a la fusión con FCA, si bien considera que habrá que hacer una «revisión fundamental» de la colaboración franco-japonesa. Nissan tiene 2 de los 19 representantes del consejo.

La reunión de ayer en Boulogne-Billancourt, a las afueras de París, no fue decisiva, ya que el consejo de administración de Renault anunció, en una escueta nota, que seguirá examinando las grandes líneas del proyecto de fusión en una nueva cita que ha fijado para hoy «al final de la jornada». Si finalmente lo avala, podría decidir la apertura de negociaciones exclusivas con FCA para formar el “número 3” mundial de la industria automovilística en el marco de una «fusión entre iguales».

Sin derecho a voto

En cualquier caso, la aproximación entre Renault y Fiat Chrysler ha puesto a Nissan en una posición delicada. En la práctica, el grupo japonés no tiene mucho que decir sobre la cuestión. Posee el 15% de Renault, pero sin derecho a voto en la asamblea general, por lo que no tiene medios para bloquear una eventual fusión.

Además, el acuerdo confidencial denominado RAMA (Restated Alliance Master Agreement), que define las relaciones entre Renault y Nissan pero de cuyo contenido se conoce muy poco, no debería ser un obstáculo.

Tras la sorpresa inicial –Nissan no había sido prevenido por su aliado de las conversaciones con FCA–, el constructor japonés recibió la pasada semana las explicaciones del grupo francés.

A la salida de esa reunión, que tuvo lugar en Tokio, Saikawa se mostró prudente: ni a favor, ni en contra. Aunque considera que Nissan podría salir beneficiado de una extensión de la alianza, el lunes reiteró que prefiere evaluar cuidadosamente el impacto de la operación Renault-FCA sobre la actual asociación para «proteger los intereses» de su compañía.

Son muchas las incógnitas que se plantean al analizar la forma que podría tomar la futura colaboración. La alianza franco-nipona tiene establecida una red de compras común, la mutualización de la investigación y desarrollo en ciertos ámbitos, y la utilización compartida de fábricas, motores o plataformas para reducir costes de los dos socios, que siguen siendo empresas independientes.

A esta alianza se sumó a finales de 2016 Mitsubishi.

La mayor preocupación de Nissan es saber si, en caso de fusión, será tratado en pie de igualdad, ya que vería reducida su participación en el conjunto. En caso de que la propuesta de FCA saliese adelante, la parte de la compañía japonesa en el nuevo grupo se diluiría al pasar del 15% al 7,5% y quedarse con un solo asiento en el consejo.

Además, Nissan teme que la situación se complique con la entrada en juego del Estado italiano, cuando las interferencias del Gobierno francés ya irritaban en el seno de la alianza.

Por su parte, Senard ha indicado que Renault sigue «abierto» a una fusión con Nissan, lo que el grupo japonés ha venido rechazando hasta el momento.