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LONDRES

Trump intenta seducir a Londres ante el cadáver político de May

El presidente de EEUU, Donald Trump, ofreció a la primera ministra británica, Theresa May, en sus últimos días al frente del Gobierno, un «extraordinario acuerdo comercial», una vez que Gran Bretaña salga de la UE, aunque provocó recelos al asegurar que también el sistema de salud británico se incluirá en las negociaciones para abrirlo a empresas estadounidenses. Además, multiplicó sus elogios a los posibles sucesores de May al frente del Gobierno.

Con la cada vez mayor probabilidad de un Brexit sin acuerdo que deje a Gran Bretaña fuera de cualquier asociación comercial, y con una primera ministra en la agonía de su mandato como interlocutora, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó sus cantos de sirena para atraer a los británicos a un acuerdo que, según sus palabras, «será extraordinario» y puede ampliar «dos o tres veces» el intercambio comercial que actualmente mantienen los dos países, valorado en 240.000 millones de dólares en 2018.

Trump trasladó a Theresa May la disposición de su Gobierno para concretar un acuerdo comercial «muy importante» una vez que Reino Unido «se libre de los grilletes» de la Unión Europea.

«Creo que tendremos un acuerdo comercial muy importante, será un acuerdo muy justo, y creo que es algo que ambos queremos», afirmó Trump ante May y líderes empresariales.

Apeló en su mensaje a las «oportunidades» en ciernes para los dos aliados, pero no disipó los temores sobre aspectos como el sistema de salud británico, que provocan recelos en Gran Bretaña.

Recelos sobre el NHS

Uno de los objetivos del pacto comercial de EEUU es la apertura del sistema sanitario NHS a empresas estadounidenses. Al respecto, Trump no ocultó que «cuando negocias sobre comercio, todo está sobre la mesa. También el NHS y todo el resto, y mucho más aún».

Por su parte May, –que dejará su cargo el próximo viernes tras fracasar en lograr un acuerdo en torno al Brexit– subrayó que ambos países están muy comprometidos con la conclusión de «un acuerdo de libre comercio ambicioso cuando Reino Unido abandone la UE», pero matizó que «el objetivo de los acuerdos comerciales es, obviamente, que cada parte negocia y lo que debe y no debe figurar debe ser acordado por las dos partes».

Varios candidatos a sucederla al frente del Partido Conservador y del propio Gobierno se apresuraron a garantizar que, de llegar al poder, no consentirán la venta o privatización de la sanidad pública.

«Señor presidente, el NHS no está sobre la mesa en las negociaciones comerciales, ni lo estará, si yo soy el responsable», tuiteó el ministro de Salud, Matt Hancock.

El exministro Dominic Raab, candidato del sector favorable a un Brexit duro, subrayó a su vez que, aunque desea un acuerdo justo con EEUU, «el NHS no está en venta a ningún país y nunca lo estaría si yo fuera primer ministro».

Trump, que en otras ocasiones criticó la gestión de May, dijo esta vez que la premier, que ha sido de facto echada por sus colegas, ha dejado «en buen lugar» la negociación del Brexit, que deberá continuar su sucesor en el Ejecutivo. Llegó a decir que «probablemente es mejor negociadora que yo». Eludió, eso sí, insistir en su emplazamiento a Londres que una salida de la UE sin acuerdo.

Cortejo a los candidatos

«No sé exactamente cuál es tu calendario», admitió el presidente estadounidense, quien, aprovechando el viaje, se ha metido en la carrera conservadora para suceder a May y ha cortejado varios de los once candidatos a la sucesión.

Así, calificó de «excelente» al exministro Boris Johnson, favorito en la sucesión y abanderado de un Brexit radical, pero también alabó al actual ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, en el bando opuesto. Ayer aseguró que ambos serían «buenos candidatos» a sustituirla.

Aunque Johnson declinó un encuentro personal con Trump, ambos hablaron por teléfono durante veinte minutos.

El equipo del presidente de EEUU también propuso un encuentro con el ministro de Medio Ambiente británico, Michael Gove, aunque no se había revelado cuándo se llevaría a cabo. Trump dijo no conocer a Gove, a pesar de que el ministro le entrevistó en enero de 2017 para el diario “The Times”.

Sus guiños fueron más allá de los conservadores y también se reunió con el líder del partido del Brexit, Nigel Farage. Antes de su llegada a Gran Bretaña, Trump había planteado que Farage fuese incluido en las negociaciones con la UE.

La victoria del partido eurófobo en las elecciones europeas aumenta la presión sobre los conservadores para hallar una salida a la crisis del Brexit.

«Buena reunión con el presidente Trump», afirmó en Twitter el líder de la formación eurófoba. «Fue una reunión privada, pero lo que puedo decir es que él estaba en plena forma, exuberante. Cree totalmente en el Brexit y cree que es lo mejor que puede hacer este país. Obviamente, está preocupado porque está tardando mucho tiempo», aseguró Farage a la emisora británica LBC.

En cambio, Trump calificó como «fuerzas negativas» al líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, y a su correligionario el alcalde de Londres, Sadiq Khan, al que tildó de «perdedor» en respuesta a la comparación del discurso del presidente estadounidense con los líderes fascistas del siglo XX que hizo Khan. Ayer insistió. «Por lo que sé, no es muy buen alcalde», dijo.

Trump aseguró Corbyn le pidió una reunión aprovechando la visita, pero que declinó su solicitud.

Con May trató también otros asuntos, como la crisis con Irán y la guerra comercial con China.

Hoy, el último día de este viaje oficial, estará marcado por la ceremonia para conmemorar el septuagésimo quinto aniversario del desembarco y de la batalla de Normandía, que se celebrará en Portsmouth, a la que asistirán Trump e Isabel II.

 

El presidente de EEUU considera noticias falsas las protestas en su contra

Mientras Theresa May y Donald Trump se reunían en Downing Street, cerca de allí miles de personas mostraban en una manifestación que comenzó en la plaza de Trafalgar su rechazo a la visita del presidente de EEUU y a sus políticas.

La nueva versión del «Baby Trump», el globo gigante que se burla de Trump como un líder infantil, comenzó a circular por Londres como parte de las protestas, en las que participó el líder laborista, Jeremy Corbyn. Una hora antes de la manifestación, un grupo de organizadores ataviados con monos y gorros rojos en los que se leía «los cuidadores de Trump», comenzó a inflar el globo anaranjado. También se vio un muñeco gigante que parodia al presidente, mientras tuitea sentado desde la taza del retrete al tiempo que prorrumpe exabruptos como «You are fake news» (Sois noticias falsas) o «I'm a very stable genius» (Soy un genio muy equilibrado).

Pero para Trump fueron solo «noticias falsas». «He oído que había protestas, pero (...) no las he visto», respondió al ser interrogado al respecto durante la rueda de prensa. «He visto una pequeña protesta cuando venía, muy pequeña, por lo que hay mucho de noticias falsas», añadió, utilizando el término en inglés «fake news».

Por el contrario, aseguró que tanto el lunes como ayer había visto cómo «miles de personas» le vitorean por las calles de la capital con muchas «banderas americanas», algo que no documentó ningún medio británico.GARA