Holanda sufrió para llegar al Mundial –logró el billete en la repesca– pero la campeona de Europa es una de las grandes favoritas para subirse al podio en Francia.

Lo intentará con el mismo grupo, y casi el mismo once, que ganó, y enamoró, en su Eurocopa. Un plantel que, además, ha ganado en experiencia y que llega con algunas jugadoras en su mejor momento. Sobre todo una Vivianne Miedema que ha triunfado rotundamente con el Arsenal esta temporada. La suerte en los cruces tendrá mucho que decir para un equipo que destaca especialmente por su mentalidad y capacidad ofensiva pero que al menos tendrá un inicio asequible, con un grupo en el que sólo Canadá parece estar a su altura.

El equipo norteamericano es el anverso de la moneda. De vocación defensiva, el bronce en Rio le resarció en parte de la decepción en su Mundial. Habrá que ver si también le vale en Francia, donde volverá a estar liderado por la incombustible Christine Sinclair –282 internacionalidades y a tres goles de alcanzar a Wambach como la mayor goleadora internacional de todos los tiempos– pero con una nueva generación (Huitema, Rose, Grosso...) que también puede dar mucho que hablar.

En Nueva Zelanda, la experiencia la ponen Erceg, Duncan... y Sermanni. Coincidiendo con la llegada del veterano, y exitoso, escocés al banquillo, comenzó una nueva era en los despachos y en el césped –igualdad salarial, ambición deportiva –, pero habrá que ver si es capaz de trasladarlo al Mundial. Tiene complicado alcanzar los octavos pero más asequible mejorar sus números: en sus cuatro participaciones anteriores no ha conseguido una sola victoria (diez derrotas, dos empates).

La mejor oportunidad para estrenarse la tendrá, en teoría, ante Camerún. Las «leonas» afrontan su segundo Mundial con una preparación cortísima, un técnico recién llegado –también alguna futbolista, como Estelle Johnson, que debutó hace tres semanas– y su jugadora más determinante, Gaelle Enganamouit, entre algodones.