«No he escuchado al compañero Ábalos ni tampoco a Carmen Calvo», ha destado el secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, tras reunirse con una delegación de I-E en el marco de las conversaciones para articular un Gobierno con el apoyo, insuficiente, de 23 escaños. Estos dos dirigentes de peso valoraron positivamente la oferta de Javier Esparza de que UPN se abstenga en Madrid para investir a Pedro Sánchez y en compensación el PSN dejara gobernar a Navarra Suma.

El clavo al que se ha agarrado Alzórriz ha sido que Pedro Sánchez señaló que no negociarán con EH Bildu, lo que es asumido por el PSN como un aval a su posición, lo que no deja de ser una lectura excesivmente optimista.

Alzórriz ha valorado positivamente la ronda de conversaciones que ha mantenido con Geroa Bai, Podemos-Ahal Dugu e I-E y ha negado que Santos Cerdán, el navarro que es la mano derecha de Sánchez en Madrid, haya llamado a María Chivite para detener estos encuentros. De hecho, ha mostrado su voluntad de continuar hablando, aunque ha puntualizado que el orden de prioridad es constitución de los ayuntamientos, constitución del Parlamento y votación de la Mesa –el PSN ya ha mostrado su voluntad de presidirla–, pactar un acuerdo programático y acordar la formación del Gobierno.

Junto a ello, Alzórriz ha insistido en que no votará a favor de Navarra Suma y ha relativizado el peso de la oferta de Esparza en Madrid, señalando que «todos los partidos son importantes en Madrid, no solo UPN».

Además, ha desmentido a Calvo, señalando que «la prioridad es el Gobierno de España, pero también el Gobierno de Navarra» y volvió a llamar «maestro de la alta traición» a Esparza.

Asimismo, ha añadido que la consulta de la afiliación será vinculante, algo que entra en contradicción con lo manifestado por Calvo y con los propios estatutos del PSOE.