T Safe: inteligencia artificial para evitar accidentes de tren
Tres veinteañeros alaveses han diseñado un sistema para detectar personas y objetos indebidos en las vías de tren. Les quedan meses de desarrollo por delante, pero la iniciativa ha resultado ganadora del programa Explorer Araba.
Evitar accidentes ferroviarios es el principal objetivo del proyecto T Safe. Ideado por tres jóvenes laudioarras, está en fase de desarrollo, pero ya ha tenido su primer resultado positivo: ha ganado el Programa Explorer en Araba, impulsado por el Centro Internacional Santander Emprendimiento y coordinado por BIC Araba. Gracias a la iniciativa han dado forma y llenado de contenido su propuesta; y gracias al premio, viajarán en noviembre a Silicon Valley, antes de competir en la final estatal.
Sergio Hospital, Iván Palomino e Iker Torrecilla se conocen «de toda la vida». El primero es mecatrónico industrial, mientras que sus compañeros estudian ADE, en la UPV/EHU y Deusto, respectivamente. T Safe da continuidad al proyecto de fin de grado de Hospital, en el que quiso mejorar las medidas que emplean en Japón para evitar accidentes ferroviarios. Concluyó que el nipón «es un sistema caro y se podía hacer de forma más eficiente y barata». Les contó la idea a sus dos amigos y empezaron a darle vueltas a cómo llevarlo a cabo. Hasta que supieron de la nueva convocatoria de Explorer.
Una de las razones que les animo a participar en el programa es que Palomino es compañero de clase de Naia Espinosa, ganadora del año pasado con Dryfing. «Me iba contando durante el curso lo que iban haciendo y cómo aprendía; me acabó interesando; y en cuanto vi que empezaba la edición de este año, pensé: ‘Es la nuestra’», recuerda el joven. Fueron uno de los quince proyectos con ideas innovadoras de base tecnológica seleccionados. Durante cinco meses, de enero a mayo, los emprendedores han recibido apoyo, formación y asesoramiento por parte de técnicos experimentados en la realización de planes de negocio tanto de BIC Araba como del SECOT –voluntariado senior de asesoramiento empresarial –. En su caso, agradecen las directrices que les ha dado Jesús Jauregi. «Nos ha ayudado en un montón de cosas, recurríamos a él cada vez que teníamos dudas». Han aprendido sobre varios aspectos, como la exposición, hablar en público, finanzas…
Segundos vitales
Aplicando lo aprendido, han ido diseñando su propuesta. «Nuestro producto identifica de manera unívoca la estación o el emplazamiento donde haya presencia indebida o accidental de personas en las vías y envía una señal de alerta o de parada de convoy, únicamente a las unidades que vayan a circular de manera inminente por esa estación o emplazamiento», comentan sus promotores. La detección se lleva a cabo mediante cámaras de inteligencia artificial que se colocan en los andenes. Detectan si hay objetos o personas en las vías. Su principal ventaja es la velocidad, decisiva en estos casos. «Pasamos de tener a un número de personas controlando cientos de cámaras en un metro como el de Bilbo, a que directamente nuestra solución se encargue de hacerlo en milésimas de segundo. El metro va tan rápido que si puedes ahorrarte diez o quince segundos en hacer que pare, es un tiempo que gana la persona que se ha caído para salvar su vida».
La solución se basa en el deep learning, es decir, el autoaprendizaje del algoritmo que detectará cada vez de forma más precisa y rápida. En este momento está en fase de prototipado y patentado, proceso en el que están probando su eficacia y corrigiendo el software. En la parte del desarrollo informático cuentan con la ayuda de David García.
Junto con la propia herramienta, también han elaborado un plan de negocio que ahora van a reforzar con datos, «para que sea más real, porque el business plan se basa en suposiciones. Tenemos que llevarlo a cabo e ir mejorándolo», apunta Palomino. Prevén que para antes de terminar el año habrán testado y entrenado la solución. Paralelamente, quieren empezar las reuniones con las operadoras ferroviarias presentes en el Estado. Son sus clientes potenciales, a quienes el servicio les permite dar solución a los problemas de seguridad en las líneas por la presencia indebida de objetos o caídas de personas en las vías, de forma que evitan atropellos, y consecuentemente, las pérdidas económicas por las paradas de actividad derivadas de los mismos.
En noviembre todos los ganadores del Explorer viajarán a Silicon Valley donde asistirán a clases magistrales en prestigiosas universidades de San Francisco como Singularity University o Standford, contactarán con inversores y visitarán empresas tecnológicas punteras como Google, Facebook, LinkedIn o Airbnb. Palomino será quien viaje y espera adquirir conocimientos y hacer contactos. A su regreso, competirán en la final estatal con el resto de los ganadores por uno de los tres premios principales, dotados de 30.000, 20.000 y 10.000 euros para acelerar sus proyectos. También tratarán de ganar el premio a la tecnología disruptiva. Por el momento, lo que sí tienen asegurado es un espacio gratuito en las instalaciones de BIC Araba durante seis meses, así como el asesoramiento especializado para que T Safe sea una realidad.
Los tres jóvenes tenían curiosidad por emprender, características que Palomino cree que van de la mano: «El emprendimiento es la curiosidad llevada a la práctica». A pesar de que conlleva mucho trabajo, «somos como autónomos, pero multiplicados por dos», admite que es llevadero, tanto «porque nos gusta mucho lo que hacemos, es nuestro proyecto y lo mimamos»; como porque tienen un equipo perfecto, «de diez», que hace que «cueste mucho menos».