Los de Gaizka Garitano han pasado por diferentes tramos a lo largo del choque. Se han puesto por delante muy pronto, después han entrado en una fase en la que el Paderborn les ha superado hasta encajar tres dianas y, finalmente, han sabido reaccionar a falta de un cuarto de hora para la conclusión.

Ha empezado de manera inmejorable el envite para los intereses rojiblancos, pues sin cumplirse el primer minuto de juego, Gaizka Larrazabal, con un gran empalme y tras pillar desprevenida a la adelantada línea defensiva teutona, ha puesto por delante a la escuadra vasca, que ha salido de inicio con el goleador, Herrerín, De Marcos, Vivian, Yeray, Balenziaga, Vesga, Beñat, Raúl García, Iñigo Vicente y Kodro.

Sin embargo, lejos de asentar el juego del conjunto vizcaino, el 0-1 ha espoleado al rival que pronto ha sabido empatar –al cuarto de hora– en un saque de esquina tocado de cabeza en el primer palo y rematado de la misma manera en el segundo por Zolinski, una de esas jugadas que saca de quicio a los técnicos del equipo que ha encajado.

No ha quedado ahí la cosa. El Paderborn ha seguido poniendo las cosas complicada al Athletic, que ha visto cómo ha encajado el segundo pasada la primera media hora de contienda. En esta ocasión ha sido Vasiliadis quien ha superado a Iago Herrerín.

Tras el descanso, el Athletic ha realizado un doble cambio, con la entrada de Unai Simón y Aduriz por Herrerín y Kodro, pero el panorama no solo no ha variado, sino que ha empeorado, ya que en el 56 el cuadro vasco ha encajado el tercero por mediación de Antwi-Adjei.

Dos minutos más tarde, Garitano ha materializado el carrusel de cambios, saltando al campo Capa, Núñez, Nolaskoain, Yuri Berchiche, San José, Muniain, Sancet, Ibai y Córdoba, lo que ha permitido una reacción en el equipo hasta lograr el empate.

Primero ha sido Córdoba quien ha recortado diferencias en el 74 con una precisa vaselina tras fallo del cancerbero rival a la hora de sacar el balón jugado y finalmente ha igualado Muniain en el 88 al empujar a puerta vacía un rechazo del larguero después de otra vaselina de Sancet.