Aritz INTXUSTA

Grandes cabeceras de Madrid presionan contra Chivite

Ferraz tiene capacidad de veto hasta el último momento sobre la investidura de María Chivite. Por eso, los movimientos verdaderamente peligrosos son los que se producen en Madrid. Hoy los diarios "ABC", "El Mundo" y "La Razón" abren con informaciones relativas a Nafarroa.  

De los periódicos de papel de mayor tirada, solo "El País" no incluye en su portada los avances en el proceso de investidura de María Chivite. Los del Grupo Prisa prefieren cicatear con dimes y diretes de PSOE y Podemos en las bambalinas de la investidura fallida de Sánchez. El periódico supuestamente más leído por detrás de "Marca" ya ha dejado muy a las claras que no ve con buenos ojos las intenciones del PSN, pero deja el tema de lado porque el primer medio en encender la última polémica ha sido "El Mundo". 

El supuesto escándalo destapado por "El Mundo" ayer se basa en la carta que envió la dirección de EH Bildu a su militancia, donde mencionaba que sigue manteniendo una relación normalizada con los socios del cuatripartito y que ellos les han trasladado que serán sus socios prioritarios. Esto lo convierte el periódico en una suerte de pacto secreto entre el PSN y EH Bildu. En la vida política ordinaria de Nafarroa, lo que indica EH Bildu en su carta es una verdad de perogrullo. De hecho, si hubieran repasado las declaraciones de María Chivite un poco más a fondo, habrían rascado cosas más jugosas, como que ella tiene un pacto cerrado con Geroa Bai, Podemos e I-E y que el resto de cosas las hablará «en el día a día» con EH Bildu. Es más, los tres partidos que dialogan con Chivite ha dicho que se embarcan en este gobierno para que la línea de trabajo que comenzó hace cuatro años no se desvanezca. No hace falta, pues, ir a la carta de EH Bildu a descubrir nada. Sin embargo, en Madrid tienen una visión tan simplista de la política navarra que el tema puede abrir un periódico sin empacho.

 

En "ABC" le dedican al tema navarro el editorial y su "Estoque" para que quede claro que entran a matar. La excusa vuelve a ser la carta de EH Bildu donde hay poco que rascar, pero el editorial sí que golpea donde duele. Se titula "Navarra es la clave". Allí el periódico fija postura y dice que, si en Nafarroa no se entrega el Gobierno a Navarra Suma, el PP y Ciudadanos no se pueden abstener en una investidura de Sánchez en setiembre. Exigen, por tanto, que Ferraz corte las alas al PSN para poder mantener un discurso equidistante entre Podemos, PP y Ciudadanos. «Sánchez fue presidente en 2018 con los votos de EH Bildu y su candidata en Navarra lo será con la abstención –gestionada y propiciada– de los proetarras. Si Sánchez quiere esto para Navarra, de PP y Ciudadanos no debe recibir otra cosa que un «no» rotundo en Madrid», sostiene el artículo. La verdad que el texto merece una lectura íntegra por algunos de los delirios que incluye, como la afirmación de que un acuerdo entre el PSOE y los nacionalistas traerá de vuelta el Antiguo Régimen feudal. Ahí es nada.

 

La gente se suele tomar a broma al periódico de Paco Marhuenda. Cierto que no es muy leído, pero eso poco importa. "La Razón" pertenece al Grupo Planeta (dueña de Antena 3 y La Sexta) y tiene la virtud de poner al desnudo la ideología que rezuman los informativos de Antena 3, que esos sí que se ven. El final del editorial reza así: «Parece ocioso que desde el PSOE y otros sectores de la sociedad se pida a los líderes del PP y de Ciudadanos, Pablo Casado y Albert Rivera, que faciliten la investidura de Pedro Sánchez con una abstención táctica. Bildu no ha dejado de ser una línea roja para los demócratas de este país por más que algunos, voluntaria o involuntariamente, se empeñen en normalizar a los herederos políticos de los asesinos de ETA». La idea de fondo, por tanto, es la misma que en los otros dos medios. Exigir que Sánchez intervenga. Ahora bien, tampoco prometen nada a cambio de cortarle las alas a Chivite. De hecho, los medios que ahora atacan el pacto navarro a 23 son los mismos que defendían que PP y Ciudadanos votaran no en la investidura de Sánchez. Por eso quizás a Sánchez tanta crítica no le duela lo suficiente.