PSN, Geroa Bai, Podemos e IE han cerrado un acuerdo programático. Los tres primeros se han repartido las carteras e IE apoyará al futuro gobierno desde fuera, si a Chivite le dan los números. Solo tiene 23 votos de 50, contra 20 de la derecha. EH Bildu tiene en sus manos dejar pasar a Chivite y el gobierno de coalición acordado, o cerrarle el paso. Mañana la militancia de EH Bildu de Nafarroa votará si los siete parlamentarios soberanistas se abstienen o votan en contra de la investidura de la candidata del PSN. Vaya por delante que las dos opciones son legítimas y se pueden defender desde la racionalidad (algo que, asombrosamente, sigue siendo cuestionado). Dicho esto, mi análisis es el siguiente:
Las elecciones del 26 de mayo han reducido a la izquierda de matriz estatal a la irrelevancia, y, con 19 parlamentarios de 50, el cambio conseguido en 2015 ha muerto. Los futuros institucionales posibles de Nafarroa son dos: PSN-Geroa Bai-EH Bildu o UPN-PSN. Solo estas dos fórmulas dan mayorías absolutas, y la solidez (relativa) de dichos partidos parece indicar que esto no variará a corto-medio plazo.
En la votación de mañana, la militancia de EH Bildu de Nafarroa no elegirá entre uno y otro, ya que, decida lo que decida, sobre el PSN manda Ferraz. Lo que decidirá la militancia de EH Bildu es qué escenario quiere facilitar.
Si apuesta por la abstención, estará apostando por cerrarle el paso a la derecha y meter una cuña al posible tándem UPN-PSN. Si luego Sánchez acaba pactando con Rivera, tendría difícil dar marcha atrás en Nafarroa y, si lo hiciera, arriesgaría dejar al PSN en muy mal lugar. EH Bildu no tiene en sus manos cerrarle el paso a la derecha, pero sí dificultar al PSOE desbaratar el acuerdo programático que ha firmado en Nafarroa.
Si, por el contrario, la militancia de EH Bildu apuesta por votar no a Chivite, le estará dando otra oportunidad a la derecha. Ya no sería responsabilidad exclusiva de Ferraz. EH Bildu le estaría facilitando el viraje al PSOE, tal y como ha hecho Podemos en Madrid.
Lo realmente relevante es que un futuro UPN-PSN es el peor escenario de lucha posible para EH Bildu, pero también para el movimiento feminista, para el movimiento euskaltzale, para la lucha por los derechos LGTBI, para el sindicalismo, para los movimientos juveniles etc. Volveríamos al desierto político, tal vez para más de una legislatura. Ante esta amenaza, el resto de cuestiones, por dolorosas que puedan ser, son secundarias.
Quisiera recordar que tuvieron que darse dos hechos históricos al mismo tiempo (el cambio de estrategia de la izquierda abertzale y la peor crisis económica en décadas) para que se crearan las condiciones para el cambio político. Y gracias a que se aprovecharon dichas condiciones, en 2015 se consiguió el 26-24 que mandó a UPN y PSN a la oposición. Una carambola en circunstancias históricas únicas.
En definitiva, dificultar o facilitar el regreso del régimen. Es lo que, en mi opinión, decidirá la militancia de EH Bildu