Se trata de una especie no emparentada con la rata gris, catalogada como vulnerable y cuya presencia en el parque «acredita el buen estado del entorno», a juicio del Consistorio.

La rata de agua (Arvicola sapidus) es un mamífero, un topillo que vive en las orillas de los cursos de agua, ríos con agua limpia y vegetación abundante, en zonas encharcadas o prados húmedos y cuya presencia es para los técnicos un indicador ambiental de la calidad del hábitat ya que desaparece cuando el agua del entorno está contaminada.

Estos animales tienen un tamaño medio, pelaje castaño en el dorso y más grisáceo en la zona del vientre, hocico redondeado con abundantes bigotes en torno a la boca, ojos bien visibles y orejas aparentes.

El Ayuntamiento añade en un comunicado que el topillo detectado en Mendillorri es una especie catalogada como vulnerable en la lista roja de especies amenazadas de la UICN, el inventario más completo del estado de conservación de especies animales y plantas a nivel mundial, lo que indica que es una especie con alta probabilidad de acabar en peligro de extinción.

La Arvicola sapidus construye sus galerías en tierra blanda y su dieta es vegetariana: tallos, raíces de plantas acuáticas, cortezas de árboles y sembrados, y la vegetación de la orilla le ofrece refugio. De hecho, el personal del parque de desinfección ha podido comprobar la existencia de madrigueras en torno al lago.

La ciudadanía interesada en saber más sobre este mamífero puede consultar el libro dedicado a los mamíferos de la Colección de Biodiversidad del Ayuntamiento de Pamplona, que también está disponible en formato digital en la web municipal.

En 2016, el Ayuntamiento de Iruñea, dentro de un proceso de regeneración de los lagos artificiales de la ciudad, apostó por la limpieza y mejora ambiental del entorno del lago de Mendillorri y en aquel momento el estanque se vació (13.000 m3 de agua) y se realizó la retirada de especies piscícolas invasoras mediante ‘pesca eléctrica’.

Además, se redujo la profundidad de uno de sus laterales para facilitar la biodiversidad del lago y la restauración de la vegetación autóctona de una de sus zonas más degradadas, y se sacó también una importante cantidad de basura.

Sin embargo, un año después, la vegetación autóctona de la zona estaba deteriorada por el pisoteo incontrolado, la retirada de las plantas repobladas y distintos actos vandálicos, y en el lago se pueden ver de nuevo especies exóticas invasoras como el galápago de Florida, o la trucha arcoíris, introducidas ilegalmente y que son una amenaza para la fauna vulnerable.

El pasado año se inició un proyecto de educación ambiental con visitas de alumnado de los centros escolares del barrio e implicación del colectivo Bideberri, y se planificó la señalización de especies de flora y fauna del entorno para hacer a la ciudadanía sujeto activo en el mantenimiento, el seguimiento y el compromiso en la recuperación y conservación de las condiciones ambientales del lago de Mendillorri.