Oxfam: «El Eliseo quiere asegurarse de que las ONGs no ofrezcan un discurso diferente»
Oxfam suele participar todos los años en las reuniones que tienen lugar en el marco del G7. Este año, en cambio, ha decidido boicotear la cumbre, y otras ONGs han seguido el mismo camino. Vercken explica los motivos.
La decisión de Oxfam llega como respuesta al comportamiento que el Gobierno francés está manteniendo con las organizaciónes humanitarias. Las 32 ONG que forman parte de la Red Acción Clima, entre las que se encuentran Oxfam, Greenpeace, Secours Catholique o WWF, tampoco acudirán a la cita que este viernes 23 ha organizado Macron con las organizaciones no gubernamentales, y boicotearan la cumbre.
Oxfam, confederación internacional formada por 17 ONGs, está presente en la contracumbre de Hendaia e Irun, con la presencia tanto de Vercken como de su presidenta en el Estado francés, Cécile Duflot. Como organismo que realiza labores humanitarias en 90 países, suele ser uno de los interlocutores de los países del G7.
Oxfam ha decidido no participar en la reunión que este viernes ha organizado Emmanuel Macron con las ONGs en el marco del G7. ¿Por qué?
Hace más de 20 años que Oxfam participa en las diferentes G7s y hemos estado siempre presentes. Solemos intervenir durante todo el año, para dialogar con los ministros, con los presidentes en todos los países en los que tienen lugar los G7s y también directamente en la propia cumbre para tener voz en los medios de comunicación. Nuestro objetivo es realizar propuestas, aportar nuestro análisis y, a veces, también una opinión sobre lo que se ha propuesto en el G7. Al principio recibimos positivamente esta cumbre francesa llena de ambición y que había sido presentada como la cumbre contra las desigualdades. Pero hemos visto claramente que no se ha consultado con la sociedad civil; se trata tan solo de una fachada. Hemos tenido algunas reuniones, pero nunca con el presidente, desde hace un año la fecha ha sido atrasada una y otra vez.
Al contrario de lo que sucedió el año pasado con los canadienses, por ejemplo, nuestras peticiones no han sido escuchadas. Allí compartieron con nosotros sistemáticamente los documentos oficiales y los franceses no lo han hecho. Además, también hay un ámbito más en el que se han franqueado los límites: tradicionalmente, durante los G7, y todas las cumbres internacionales, el centro de los medios de comunicación es un espacio al que algunas ONGs tienen acceso, porque es importante para que los periodistas puedan realizar su trabajo y tener también un análisis independiente para descifrar las novedades, las propuestas y los compromisos.
Hace varios meses que estamos en discusión con el Eliseo, y hasta hoy no hay ninguna autorización para que las ONGs francesas e internacionales puedan acceder a dicho centro, incluso aunque no se trata de una zona restringida. Por lo tanto, no es un problema de seguridad. La única interpretación que podemos hacer es que quieren asegurarse de que las ONGs no tengan capacidad para tener un discurso diferente al de la Presidencia francesa.
¿Esta decisión viene de la mano del Gobierno francés o es conjunta por parte de los países del G7?
Se trata claramente de la Presidencia francesa del G7, que determina lo que se hace en Biarritz, dónde se sitúa el centro de los medios de comunicación, cuáles son las reglas de acreditación… No es una decisión colectiva, se trata realmente de la Presidencia francesa.
¿Qué repercusiones puede tener esto?
Es una situación inédita y peligrosa. Normalmente cada año entre 60 y 70 ONGs están acreditadas en el centro de medios de comunicación. Macron dice que quiere un G7 inclusivo pero no tener a ninguna ONG en el centro es catastrófico, sobre todo teniendo en cuenta que el año que viene esta cumbre se celebrará en Estados Unidos. ¿Cómo podremos presionar a Trump a abrirse a la mirada crítica de las ONGs si el propio Macron ya ha cerrado la puerta?
¿Cuantas asociaciones han sido invitadas el viernes?
Entre 10 y 15, pero no ha habido una comunicación oficial sobre la lista.
¿Y ustedes están en relación con ellos?
Con algunos. Algunos van a ir, y creo que otros lo están pensando, y viendo si de aquí al sábado se desbloquea algo respecto al acceso al centro de los medios de comunicación.
¿Ustedes podrían acudir a la cita si hay algún cambio en ese sentido?
Ya hemos informado oficialmente al Eliseo. Si el Eliseo desbloquea totalmente la situación, y no solo en lo que respecta al centro de medios, sino al acceso a la información, los documentos de trabajo y lo que no se ha hecho, podríamos replantearnos nuestra participación.
No se trata tan solo del G7, también de la relación que tienen a más largo plazo...
Es la relación en su conjunto la que está en juego, ya que consideramos que la sociedad civil ha sido totalmente excluida aunque haya habido algun que otro intercambio ciudadano formal cara al público. Pero, realmente, no ha habido verdaderas conversaciones como ha solido ocurrir en otras cumbres del G7.
¿Esta situación es así desde que Emmanuel Macron llegó al poder?
Se trata efectivamente de un rasgo característico de este Gobierno, que tiene poca interacción con la sociedad civil. Percibimos, incluso, un intento de devaluación del término sociedad civil, que se define menos como entidades intermediarias organizadas y más como personalidades que provienen del mundo empresarial. Hay toda una campaña de comunicación al respecto, una puesta en escena de dispositivos de consulta que realmente no lo son.
Se evidencia, una vez más, la distancia entre el discurso y las acciones. En los discursos de Emmanuel Macron antes del G7, este declaraba su voluntad de luchar contra las desigualdades. Queda muy bonito en relación a los valores y decisiones políticas, pero si miramos atrás, en la realidad, no hay nada de eso en sus acciones. Palabras bonitas, pero nada detrás.