La marcha partirá de la sede principal de la contracumbre, que ayer abrió sus trabajos con una jornada de importante afluencia de personas: según el primer balance de los organizadores, unos 2.000 ciudadanos se acercaron a las mesas redondas y talleres que abordaron, entre otras cuestiones, los retos de la migración, las violencias policiales en las luchas sociales, los impactos de los tratados de libre comercio, sin olvidar las alternativas de soberanía puestas en marcha desde hace tiempo en Euskal Herria.
La movilización concluirá en Kaneta, donde los militantes que participan en la semana intergaláctica, que analiza experiencias de desobediencia y resistencia ante la represión, pondrán a disposición de las marchistas una escena «para leer poemas, cantar, actuar o simplemente expresar el hartazgo colectivo».
Las impulsoras de la marcha quieren celebrar con este acto «nuestra determinación y nuestra fuerza» para hacer frente «a una sociedad patriarcal, concebida y organizada por los hombres, que genera opresiones en el orden económico, social y político, sobre las mujeres, y sobre las personas trans, no binarias o ínter sexo».
Derribar el capitalismo y el patriarcado
No podía faltar la crítica a al grupo G7 que «reúne a dirigentes de algunos de los países más ricos, que dicen que vienen a Biarritz a resolver el problema de las desigualdades, pero sin cuestionar la dominación capitalista que se sustenta en la explotación de las personas».
La denuncia de este modelo tiene su contrapunto en el deseo de los organizadores de la marcha de «trasladar nuestro apoyo a las luchas de mujeres vivan éstas en la Amazonia o en Rojava, en India o Suecia».
Las «mujeres +», como se presentan las personas que impulsan esta acción, marcan una prioridad: «que la lucha anticapitalista global se oriente igualmente a derrocar el patriarcado porque sólo así se podrá acabar con la explotación». Terminan su comunicado con la consigna: «¡Liberemos nuestros cuerpos y nuestras ideas!».