El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha llegado finalmente al aeropuerto de Burdeos en su Air Force One, después de la rumorología que en las últimas semanas había apuntado destinos como Gasteiz para su vuelo.

La aeronave de grandes dimensiones que la pasada semana aterrizó en Hondarribia llevaba un helicóptero de los que suelen usarse para acercar a Trump a los destinos finales (en este caso Biarritz) en este tipo de traslados.

Finalmente, el líder estadounidense y su mujer han completado también por aire el último tramo, hasta el aeropuerto de Biarritz.

El anfitrión de la cumbre, Emmanuel Macron, está desde ayer en Lapurdi, y esta mañana ha sido agasajado por las autoridades departamentales con algunos productos típicos (queso y vino de Irulegi, entre otros) en una recepción en la sala Irati de Biarritz. A las 19.30, se ha citado con el resto de mandatarios para el recibimiento y cena posterior, aunque ya ha mantenido un primer encuentro cara a cara con Trump. Ambos han destacado el tono conciliador, pese a sus diferencias. 

Otro de los que está ya en Burdeos es el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, al que se ha visto realizar footing esta mañana cerca de las playas biarrotas, totalmente vaciadas por la Policía para el disfrute de los mandatarios del G7 este fin de semana.

La hora y el modo de llegada del resto de invitados se mantiene en secreto. Se les sumarán otros ajenos al G7 como el español Pedro Sánchez, que tendrá cubierto en la mesa de líderes de la noche del domingo y anuncia una reunión con el británico Boris Johnson.