ATHLETIC CLUB 2
REAL SOCIEDAD 0
El Athletic llegará al primer parón como mínimo empatado con el Sevilla en la segunda posición después de superar con mucha autoridad a la Real y dar una lección de que en el fútbol no hay nada mejor que creer en lo que funciona. Sin ningún fichaje, con los mismos jugadores, el mismo entrenador y el mismo estilo de fútbol con el que consiguió superar una situación critica la temporada pasada, el equipo de Garitano pasó por encima, sobre todo en el primer tiempo, de una Real que en nada se pareció a la que ganó el año pasado en San Mamés.
Solo jugaron de inicio cuatro jugadores de los catorce que participaron en la última victoria realista en Bilbo –Moyá, Zubeldia, Illarramendi y Oyarzabal– y acabó el primer tiempo con tres por la lesión en el tobillo del capitán. En el Athletic comenzaban nueve de los catorce que jugaron ese partido con las excepciones de Unai López y Córdoba y se comprobó que no por fichar se refuerza un equipo, sino por creer y dar continuidad a lo que funciona.
Así Gaizka Garitano quiso recuperar su pareja de centrales habitual de la temporada pasada y se decantó por dar la titularidad a Iñigo Martínez tras superar su lesión para dejar en el banquillo a Unai Núñez el mismo día en el que era convocado por la selección española absoluta junto al realista Mikel Oyarzabal. Además Córdoba jugó de inicio en la banda izquierda y Muniain pasó a la derecha para cubrir la baja de De Marcos y Unai López volvió a ser el elegido por Garitano en San Mamés para jugar de medio centro más ofensivo junto a Dani García.
Imanol introdujo solo un cambio con respecto al once presentado en los dos primeros partidos, pero en realidad fueron dos al colocar a Diego Llorente como central izquierdo en detrimento de Le Normand y pasar Zubeldia al perfil derecho.
El Athletic fue muy superior en el primer tiempo ayudado por una fuerte presión a la salida del balón realista y el tempranero gol en un saque de banda en el que Capa hizo la pared con Muniain y ganó la espalda a Aihen para asistir a Williams. La Real no fue capaz de salir de su campo en los primeros quince minutos y cometió seis faltas, dos de ellas de Zaldua, con otro contacto no sancionado con Raúl García, que pudo costarle algo más que la amarilla que vio.
Pero no fue expulsado y protagonizó una jugada en la que Estrada Fernández pitó penalti y el VAR lo convirtió en falta en la primera jugada en la que la Real llegó al área del Athletic. Del posible 1-1 se pasó enseguida al 2-0 en un disparo de Raúl García en el que Moyá llegó al balón, pero no pudo evitar que entrara en la portería. Por si fuera poco el golpe Illarramendi se lesionó e Imanol optó por colocar a Merino de pivote defensivo, Odegaard a su derecha más adelantado y Oyarzabal en la media punta con Portu a la derecha y Januzaj a la izquierda. Es decir, solo el portero, los dos laterales y Willian José llegaron al descanso en el puesto en el que jugaron los dos primeros partidos y el brasileño fue luego sustituido.
Demasiados cambos. Así los números del primer tiempo fueron terribles, con nueve remates del Athletic, que incluso tuvo más posesión, por ninguno de una Real que nunca se impuso su juego e incluso fue superada en la posesión de balón.
El primer remate de la Real fue el del gol anulado a Isak por fuera de juego en el minuto 62 en una jugada en la que el VAR volvió a perjudicar a los blanquiazules porque Estrada Fernández había dado el gol. Por centímetros el sueco estaba adelantado y esa revisión desactivó una posible reacción de la Real. En el segundo tiempo tuvo más el balón, jugó más en el campo del Athletic, que bajó la intensidad de su presión, pero no fue capaz de crear oportunidades de gol para entrar en el partido.
Por eso la Real necesitó 83 minutos para realizar su primer disparo válido del partido, de Sangalli, cuando el Athletic llevaba doce. El segundo de Odegaard llegó en la última acción en el 97. La incapacidad blanquiazul permitió a los rojiblancos jugar la segunda parte con comodidad y romper la mala racha en los últimos derbis con la Real.