«Japón ya les ganó hace cuatro años», decíamos. Sí, es cierto, pero esta vez el factor sorpresa salía de la ecuación y aquellos springboks no son estos springboks.
Venía Sudáfrica avisada, tras ver cómo los anfitriones doblegaban a Irlanda y Escocia. El plan trazado por Rassie Erasmus sobre la pizarra ha salido a la perfección.
Primera parte de desgaste (3-5). Japón ha acumulado un 68% de posesión y se ha jugado dos tercios del tiempo en campo de Sudáfrica, pero la cortina defensiva ha sido un muro infranqueable. La delantera buscaba que se jugara cerca de los puntos de contacto, que el oval no llegara a los alas nipones, dos cuchillos.
Segunda parte de cobro. Con el cansancio japonés han empezado las infracciones. El pie de Pollard era un cheque, clin-clin, a pasar por caja (3-14, 64’). Y ya con los locales desesperados, Faf de Klerk posaba en la enésima repetición de la misma jugada, un maul devastador que ganaba metros y metros, obligando a la defensa rival a acumular hombres para frenarlo (3-21, 66’).
Con todo decidido, Mapimpi ha sellado su doblete. Ojo a esta Sudáfrica, que va a por todas y tiene herramientas para ello. Japón se va con la cabeza muy alta y llamando a la puerta de los grandes. Ya se habla de una posible inclusión en el Championship, junto a los cuatro grandes del hemisferio sur. Veremos.