Tras el revuelo generado entre la ciudadanía de Iruñea una vez conocida la anulación del citado espectáculo, García Barberena ha dado a conocer los motivos por los que el equipo de gobierno de Enrique Maya ha decidido anular la actuación.

García Barberena ha aducido motivos técnicos, señalando que no existía un expediente sobre la actuación, sino «tan sólo un contrato firmado por Maider Beloki con Pirritx y Porrotx».

La concejala delegada ha asegurado que «no hay un expediente sobre esta actuación», trámite que considera imprescindible. Según ha desgranado a preguntas de los periodistas en una comparecencia pública sobre otra cuestión, cuando el Consistorio realiza una contratación de este estilo, «debe haber un informe de un técnico que justifique la idoneidad de la contratación, tiene que haber un informe jurídico que avale que esa contratación se hace en base a derecho, un informe de intervención que diga que hay crédito y que se puede hacer esa contratación, un informe de un secretario técnico que avale todo ese expediente, una resolución de adjudicación por parte del órgano competente, de la concejala delegada en este caso, que haga esa adjudicación y después esa adjudicación se formaliza en un contrato».

Según ha asegurado, «el problema es que aquí sólo había un contrato firmado el 12 de junio por Beloki. Además en un papel que no tiene el membrete del Ayuntamiento, que no pone dónde está firmado, ni hay un secretario que dé fe. Era un contrato que estaba en un cajón y que se salta todo el procedimiento, que es el garante de que se hacen las cosas conforme a derecho».

Ha incidido en esta cuestión señalando que «es una adjudicación que podía haber hecho para que los payasos actuasen en su casa, no en un ayuntamiento».

En manos del Consejo de Nafarroa

Al encontrarse con ese «contrato irregular, porque no hay ningún expediente que sustente la contratación, tengo que hacer una revisión de oficio y es lo que he hecho. Encontrándome eso así, no podía hacer ninguna otra cosa». En concreto, García Barberena ha «incoado una revisión de oficio que está en el Consejo de Navarra, que es el que debe resolver si la anulación procede o no» y el Ayuntamiento «va a esperar qué dice el consejo», que tiene un plazo de 40 días para resolver la cuestión. Si se apuran los plazos, la decisión se conocería después de la fecha prevista para la actuación.

Sobre el perjuicio que puede generar la anulación de la actuación, García Barberena ha señalado que «el espectáculo no estaba anunciado» y ha asegurado que cuando se ha producido la revisión de oficio es «cuando los payasos empezaron a anunciar esa actuación». Ha añadido que el Ayuntamiento «no había anunciado y se están queriendo crear unas expectativas más tarde».

«Se ha anulado algo mal hecho y según resuelva el Consejo, se verá», ha concluido.