Ingo NIEBEL
Leipzig

La CDU da otra oportunidad a su presidenta, Kramp-Karrenbauer

En su 32º Congreso Federal, el millar de delegados de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) ha optado por respaldar a su presidenta, Annegret Kramp-Karrenbauer, dejando los temas espinosos, como su candidatura a canciller de Alemania, para el año que viene. Aún así ha tomado decisiones que ponen en peligro a la Gran Coalición con el SPD que dirige Angela Merkel.

Angela Merkel saluda a Annegret Kramp-Karrenbauer. (Tobias SCHWARZ | AFP)
Angela Merkel saluda a Annegret Kramp-Karrenbauer. (Tobias SCHWARZ | AFP)

Que los 1.000 delegados y delegadas de la CDU, reunidos en Leipzig, querían tener la fiesta (o sea, su congreso) en paz quedó demostrado el viernes en cuanto su expresidenta y canciller de Alemania, Angela Merkel, les saludó. De pie, le aplaudieron durante varios minutos.

Y eso que el diario sensacionalista “Bild”, de la editorial conservadora Springer, acompañó el primer día de la convención con un artículo recordando sus errores en política exterior, para seguir el sábado con otro más sentenciando que «la crisis de refugiados es el legado de Merkel».

Los dos artículos forman parte de una campaña mediática que apoya a su eterno rival interno, el ahora banquero de inversión millonario, Friedrich Merz, quien atacó también indirectamente a la presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, apodada AKK.

El mismo viernes, AKK, bajo fuego amigo por las sangrías electorales que ha vivido la CDU, optó por el ataque como el mejor medio de defensa. Después de trazar su discurso su política, retó indirectamente a su rival Merz, diciendo: «Si opináis que el camino que yo quiero recorrer con vosotros no es el camino que a vosotros os parece bien, entonces decidlo ahora. Entonces, dejad que lo terminemos hoy. Aquí y ahora, hoy».

Los delegados se alzaron, pero no para derrocar a su presidenta, sino para rendirle otro largo aplauso.

Ante este panorama, Merz, si es que tenía algún plan de acción, optó por no ejecutarlo. «Somos leales», dijo y las cámaras le captaron aplaudiendo. «El aplauso hipócrita para AKK», fue el titular que imprimió “Bild” sobre esa imagen.

Merz frente a AKK

AKK tenía a su favor que el Congreso no tenía previsto votar su cargo, así que Merz tendría que haberlo pedido. Además, otra desventaja para él sigue siendo que no cuenta con un respaldo mayor en las estructuras del partido debido a que optó por dejar el trabajo interno hace más de una década cuando perdió el pulso contra Merkel.

Que AKK sí dispone de este apoyo ha quedado demostrado este sábado, ya que el Congreso ha rechazado la propuesta de la Unión Joven, la organización juvenil, que quería someter el nombramiento del candidato a canciller a una consulta de las bases.

Es ahí donde Merz tiene sus simpatizantes. Ahora tiene que buscar otro camino si es que aún tiene ganas de ser el presidente de la CDU y canciller de Alemania. «Este Congreso no tomará las decisiones definitivas, sino el del año que viene», avisó en su intervención. «Si ustedes quieren que yo sea parte de ello, ahí estaré».

Mientras, como es tradición, AKK, por ser presidenta de la CDU, tiene el privilegio de postularse como candidata a canciller.

Para ser jefa o jefe del Gobierno federal, en Alemania hay una regla no escrita según la cual el candidato tiene que haber sido ministro presidente de un estado (land) o al menos ministro del Ejecutivo nacional, que fue el caso de Merkel.

Desde que Merz volvió a la escena política el año pasado, perdiendo la pugna interna con AKK por la presidencia de la CDU, estaba claro que él no entraría en un gabinete encabezado por Merkel, donde sí está AKK ocupando la cartera de Defensa.

Huawei y la cuota de solidaridad

Merkel, a su vez, consiguió una pequeña victoria porque el Congreso no ha rechazado que la empresa china de telecomunicación Huawei participe en la ampliación de la red 5G, como pretendían sus críticos.

Como mucho, lograron imponer que el Bundestag dicte mediante una ley las condiciones que las empresas extranjeras tienen que cumplir para blindar las telecomunicaciones contra el espionaje.

Por otro lado, la CDU ha hecho un guiño al electorado proponiendo abolir la «cuota de solidaridad», una contribución del 5,5% de los ingresos anuales con el que se ha financiado la reconversión de la Alemania oriental. En 2018, el Estado recuadó  por esa vía 19.000 millones de euros.

El secretario general del Partido Socialdemócrata (SPD), Lars Klingbeil, acusa a su socia mayoritaria en la Gran Coalición de convertirse en un «partido cliente de millonarios», ya que también se beneficiarían de esta medida.

Tampoco le gustarán al SPD las drásticas condiciones que imponen los delegados a la renta básica recién acordada por el Ejecutivo federal. Está por ver si, dentro de dos semanas, el Congreso del SPD se tragará las decisiones de la CDU o si da por finalizada la GroKo.