El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, que tomará posesión el 10 de diciembre, se ha mostrado partidario de que el país no aumente su deuda con los 11.000 millones de dólares que debe entregar el FMI como último pago del préstamo de 56.300 millones que concedió a Argentina en 2018.
«¿Tengo un problemón y voy a pedir 11.000 millones más?. Lo que quiero es dejar de pedir y que me dejen pagar», ha dicho el líder peronista en una entrevista este martes en Radio con Vos, al ser consultado por la negociación con el organismo cuando asuma el poder, en un contexto de incertidumbre por la alta deuda externa del país.
Argentina acumula una deuda pública total de 314.315 millones de dólares.
El nuevo Gobierno peronista deberá estudiar cómo pagar ese endeudamiento, al toparse con próximos vencimientos que son difíciles de asumir.
Entregas suspendidas desde setiembre
Fernández ha remarcado que la «primera regla» es «cumplir» con los compromisos, pero para ello ha llamado al Fondo Monetario Internacional (FMI) a debatir el tiempo que necesita Argentina para volver a poner en marcha su economía, en recesión desde hace más de año y medio, pero sin recibir más dinero. «Yo no quiero agrandar más ese problema, quiero resolverlo con sensatez», ha aseverado.
En mayo de 2018, y tras una abrupta fuga de capitales, el Gobierno de Mauricio Macri firmó con el FMI un acuerdo de auxilio financiero a tres años por 56.300 millones de dólares, de los que el organismo ha entregado ya unos 44.000 millones, pero desde setiembre pasado las entregas están suspendidas.
El pasado 19 de noviembre, Fernández habló por teléfono con la nueva directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, a quien dijo que propondrá un acuerdo de pago de la deuda con el organismo, pero «sin más ajuste».