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Johnson comienza a negociar con la UE con una imagen de dureza

El primer ministro británico, Boris Johnson, aparecerá hoy firme y con un discurso «sin concesiones» que definirá la línea política británica tras el Brexit. Johnson empieza con dureza a negociar la futura relación con la UE, para marcar posiciones pero también consciente de que en esta fase los europeos están más divididos por sus intereses nacionales.

El primer ministro británico, Boris Johnson, insistirá hoy en el discurso en el que marcará la línea política tras el Brexit en que su Gobierno no aceptará ninguna alineación con las normativas comunitarias más allá de 2021, cuando concluya el periodo de transición.

«Brexit, Día 1: Johnson elige la ruptura con la línea dura» titulaba “The Observer”, asegurando que el primer ministro prepara otra «batalla sin compromisos» con los 27 miembros de la UE. Los medios británicos esperan que Johnson abandone el tono conciliador utilizado el pasado 31 de enero cuando se refirió a una «nueva era de cooperación» con el bloque europeo.

El ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, también insistió en la BBC que el alineamiento con las normativas comunitarias «no está en la mesa negociadora».

El negociador de la UE, Michel Barnier, dará también hoy detalles sobre el enfoque comunitario hacia esas conversaciones, y presentará su borrador con las directrices de los Estados miembros de la UE, para lo que serán necesarias negociaciones entre los socios que tampoco serán sencillas. Barnier insiste en la importancia de preservar la unidad que han mostrado hasta ahora por lo que ha intensificado sus visitas a las capitales de la UE en las últimas fechas.

Según “Daily Telegraph”, el equipo de asesores de Johnson está furioso por lo que perciben como amagos por parte de los 27 de frustrar el «amplio» acuerdo de libre comercio que ambiciona Londres y según el cual solo habría dos resultados probables en la negociación: «un acuerdo de libre comercio como Canadá, o un arreglo más ligero como el de Australia».

Londres cree ahora que Bruselas está intentando «forzar algo que conlleve todas las obligaciones del modelo de Noruega, con las restricciones del acceso al mercado de Canadá, lo que es una hipocresía total y algo que de ninguna manera aceptará el Reino Unido», añade una fuente gubernamental.

Johnson secundaría un acuerdo al estilo de Canadá, que permitiera comerciar sin aranceles en la mayoría de bienes, pero que no incluyera los servicios, dominante en Reino Unido. Bruselas, por su parte, aboga porque Londres siga ateniéndose, más allá del periodo de transición, a las reglas comunitarias en estándares y subsidios estatales y que acate la jurisdicción de la Corte de Justicia Europea en cualquier disputa comercial.