Fuentes de Medio Ambiente del Gobierno de Lakua han aportado otro dato sorprendente tras la revelación de NAIZ de su declaración ambiental que avaló el vertedero, en la que se reflejaba que era para «residuos no peligrosos» y que no se preveía que produjera «impacto sobre el suelo».
Según han querido matizar a través de Radio Euskadi, la Administración tenía constancia de que allí había amianto, pero el llamado «asesino silencioso» no tiene la catalogación de «residuo peligroso» si se cumplen las condiciones de depósito. Algo que aparentemente se habría roto al producirse el derrumbe de la ladera.
Lakua no niega ya, por tanto, que constaba la existencia de amianto en el vertedero. De hecho, NAIZ aporta otro dato: Verter Recycling figura en el registro de empresas en riesgo de amianto, del Departamento de Justicia, desde el año 2017.
Posteriormente se ha sabido que el permiso para residuos de fibrocemento (amianto) data en realidad de bastante más atrás: 2007. Figura en la declaración de impacto ambiental firmada por la viceconsejería de Medio Ambiente aquel año para este vertedero de Zaldibar.
En el anexo de residuos admisibles por el vertedero de dicha Declaración de Impacto figuran, entre otros, los derivados de la prospección, extracción de minas y canteras y tratamientos físicos y químicos de minerales, residuos de fabricación de fibrocemento y revestimientos refractarios «que no contengan sustancias peligrosas».
La Autorización Ambiental Integrada de la citada Viceconsejería, según figura en dicha Declaración de Impacto, se otorgó para «vertederos de todo tipo de residuos que reciban más de 10 toneladas por día o que tengan una capacidad total de más de 25.000 toneladas, con exclusión de los vertederos de residuos inertes».
La autorización tiene una vigencia de 8 años, transcurridos los cuales se debe renovar, «en su caso, actualizada por periodos sucesivos», precisa la Declaración.
Para contener la masa de residuos que se fuesen acumulando, la Declaración de Impacto autorizó la construcción de un dique de más de 230 metros de longitud y 100 metros de altura desde su base a la coronación.
Asímismo, la Declaración de Impacto estableció que Verter Recicling 2002 debía constituir un seguro de responsabilidad civil por un millón de euros «que cubrirá el riesgo de indemnización por los posibles daños causados a terceras personas o a sus bienes y los costes de reparación y recuperación del medio ambiente alterado, derivados del ejercicio de la actividad objeto de autorización».
La declaración establece también que la empresa debe contar con manuales de prevención y explotación de la instalación en los que «se harán constar las operaciones de mantenimiento efectuadas periódicamente, así como las incidencias observadas».
Obliga, asimismo, a que la fosa séptica y el filtro biológico del vaso del vertedero se sometan a «una limpieza y mantenimiento adecuado para asegurar su apropiado rendimiento, debiendo periódicamente proceder a la retirada de los sólidos y fangos acumulados, así como a la limpieza del lecho del filtro biológico, evitándose el desagüe al cauce de los sólidos arrastrados en la limpieza».
Por su parte, el Ayuntamiento de Zaldibar, dirigido desde el pasado año por el PNV tras 8 años gestionado por EH Bildu, ha precisado en un comunicado que la licencia municipal de apertura se otorgó a la empresa Verter Recicling 2002, propietaria de la infraestructura, «en base a la Autorización Ambiental» emitida en marzo de 2011 por la Viceconsejeria de Medio Ambiente del Gobierno de Gasteiz, tras aprobar en 2007 la Declaración de Impacto Ambiental del vertedero y una primera Autorización Ambiental.
El Ayuntamiento, que ha mostrado su «enorme preocupación» por la desaparición de los dos empleados del vertedero y trasladado su apoyo y ánimo a sus familias y al resto de trabajadores de la empresa, confirma que entre los distintos residuos que admite la resolución ambiental emitida por el Gobierno de Lakua en 2011 figuran «los materiales de construcción que contienen amianto».
Pradales: detectado a la 1.00 de la madrugada
El reconocimiento de que conocía la existencia de amianto en el vertedero le deja otro flanco débil a la Administración, en este caso ante la Ertzaintza. Los sindicatos ya han denunciado que los agentes desplazados para el rescate no contaron con medidas de protección para el amianto. Mientras se despejan todas estas dudas, las labores han quedado interrumpidas y dos trabajadores siguen desaparecidos.
Según ha explicado el diputado foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial de Bizkaia, Imanol Pradales, ha sido a la 1.00 de la madrugada de este viernes cuando los responsables de las labores de desescombro han informado de la aparición de amianto, lo que ha obligado a suspender la búsqueda.
Josu Zubiaga, vicedirector de Seguridad, ha añadido que en un primer momento primó la urgencia de encontrar supervivientes, y más aún cuando al parecer se barajó que podía haber hasta siete desaparecidos bajo los escombros.