Soledad GALIANA

Las encuestas auguran que 2020 será el año de Sinn Féin

Las encuestas de opinión sitúan a Sinn Féin como el preferido de los votantes irlandeses, que lo ven como una alternativa a las políticas que han llevado a Irlanda a enfrentar la mayor crisis de su historia en materia de vivienda y sanidad y del sector público.

Si la noticia la noche del lunes fue la emergencia de Sinn Féin como el partido con mayor apoyo del electorado, a finales de esta semana ese posible éxito electoral se ha puesto en duda en lo que desde las redes sociales se califica como un ataque concertado desde los medios tradicionales contra el partido republicano, que han desempolvado viejos argumentos como los vínculos con el IRA o la inhabilidad del partido para gobernar.

Sinn Féin ha ido escalando posiciones en las encuestas desde el principio de esta corta campaña electoral, de tan sólo tres semanas.

Si el lunes en una encuesta de opinión publicada por el dominical “Sunday Business Post”, los republicanos aparecían empatados con Fianna Fáil en cuanto a primera preferencia de los votantes con el apoyo de un 23% de los encuestados, la publicación por parte del “Irish Times” de otro sondeo en la noche del lunes, a sólo cinco días de la apertura de los colegios electorales, mostraba a Sinn Féin como el partido favorito del electorado con una intención de voto del 25%, tres puntos por delante de Fianna Fáil (FF) y cinco por delante de Fine Gael (FG), lo que encendió las redes y a los comentaristas.

Sinn Féin se sitúa como el partido preferido entre los votantes de entre 18 y 50 años de edad, muy por delante de FF y FG, y entre las clases trabajadoras. Este incremento en el apoyo a la formación liderada por Mary Lou McDonald ya se había percibido en las redes sociales, donde las publicaciones de los republicanos sobre la campaña electoral son con las que más interactúan los usuarios desde hace semanas.

Asimismo, Sinn Féin ha sido la tendencia predominante en las búsquedas en Google en Irlanda. Incluso las casas de apuestas, en ocasiones más fiables incluso que las propios sondeos electorales, auguran que el partido republicano obtendrá en la jornada de hoy magníficos resultados.

Un voto por el cambio

Incluso para Sinn Féin los pronósticos de las encuestas han sido una sorpresa después de los desalentadores resultados en las comicios locales y europeos del año pasado. Los republicanos, de hecho, estaban asimilando la posibilidad de que perderían algunos de sus 23 escaños en el Parlamento irlandés en estas elecciones y, por ello, han presentado tan solo 42 candidatos a estas elecciones. De acuerdo con los cálculos realizados en base a los resultados de las encuestas, Sinn Féin podría obtener un mínimo de 30 asientos, siete más de los que cuenta en la actualidad.

Quizás el incremento de votos a la formación no se traduzca automáticamente en un aumento en el número de escaños. Las encuestas suelen otorgar a Sinn Féin porcentajes de apoyo que luego no se traducen en votos, tal vez porque los posibles votantes del partido republicano son los que más tienden a la abstención.

El apoyo a Sinn Féin es claramente un voto por el cambio. En los 99 años de la república irlandesa, la alternancia en el Gobierno ha oscilado entre las dos formaciones conservadoras, Fianna Fáil y Fine Gael, a veces en coalición con partidos minoritarios.

El último Ejecutivo minoritario de Fine Gael se ha mantenido en el poder durante los últimos tres años con el beneplácito de Fianna Fáil, que llegó a un acuerdo con el partido cristianodemócrata para apoyar los presupuestos y no votar en su contra. Y es posible que con ello ambas formaciones políticas hayan sellado su destino, ya que la criticada gestión de la crisis de la sanidad y la vivienda por parte del partido en el Gobierno ha sido permitida por Fianna Fáil, que ha votado con el Ejecutivo o se ha abstenido en las sucesivas mociones de censura contra los ministros correspondientes.

Sinn Féin como la alternativa

El apoyo de Fianna Fáil al Gobierno ofreció a Sinn Féin la posibilidad de ejercer como oposición y de presentarse como la única posibilidad de cambio político en el Estado irlandés. «La gente no es tonta... No hay diferencia alguna entre Fianna Fáil y Fine Gael y la gente lo ve», subrayó la líder del partido republicano, Mary Lou McDonald, antes del debate televisivo del martes por la noche en el que se enfrentó con los líderes de Fianna Fáil, Michéal Martin, y de Fina Gael, el primer ministro saliente, Leo Varadkar.

McDonald sabe que los ciudadanos buscan una alternativa que ofrezca soluciones a la falta de vivienda, a la subida de los alquileres, a las interminables listas de espera en el hospital, entre otras cuestiones, frente a las excusas de Varadkar y Martin para no cambiar la situación.

Sinn Féin se ha comprometido a una reducción de impuestos para las rentas más bajas y a un incremento en la carga impositiva para los salarios que superen los cien mil euros anuales, a la construcción de cien mil viviendas de protección oficial y de precio asequible, al pago de pensiones a la edad de jubilación, a visitas médicas gratuitas, a inversiones en la educación enfocadas a reducir el número de alumnos por clase y a abaratar el coste de las guarderías, a apoyar a los pequeños agricultores e incentivar la producción energética alternativa y, por supuesto, a la convocatoria de un referéndum sobre la reunificación de Irlanda.

Jugó a su favor que días antes de la convocatoria electoral Sinn Féin consiguió en el Parlamento irlandés la aprobación de una propuesta de ley para acabar con la liberalización de las pólizas de seguros que castigan a los ciudadanos y a los pequeños negocios, y su posicionamiento con respecto a las demandas de los trabajadores del sector público sanitario y de educación preescolar y secundaria. En las protestas sociales de los últimos días, muchas de las mujeres presentes corearon el nombre de McDonald e hicieron cola para sacarse fotografías con ella.

El hecho de que ambos partidos conservadores hayan descartado una coalición de Gobierno con Sinn Féin refuerza la idea de esta fuerza política como alternativa al status quo político que ha gobernado el país desde siempre.

Ataque mediático

La popularidad del partido creció con la decisión de las cadenas de televisión pública y privada de invitar a únicamente a Varadkar y Martin a los debates electorales, excluyendo a Sinn Féin a pesar de ser el tercer partido más votado en las elecciones del 2016, una decisión que fue contestada desde las filas del partido republicano, pero que funcionó de cara al electorado, que descubrió en el primer debate entre Varadkar y Martin que las diferencias entre las políticas de ambos partidos son más de forma que de fondo.

En las redes sociales se empezó a denominar a ambos partidos con una combinación de sus nombre como Fine Fail, que se traduce como «Gran Fallo».

Sin embargo, el canal público RTE decidió dar marcha atrás e invitar a la presidenta de Sinn Féin, MaryLou McDonald, al debate, empujado quizás por los pronósticos de las encuestas de opinión y por las críticas a la exclusión de la líder republicana.

Desde el debate en la televisión pública, los medios irlandeses se han lanzado al ataque contra el partido republicano por unas declaraciones que el actual ministro de Finanzas en el norte de Irlanda, Conor Murphy, realizó en relación a la muerte de Paul Quinn hace trece años señalando que su muerte a consecuencia de una paliza se debió a un ajuste de cuentas.

Los medios no han querido reflejar que las declaraciones de Murphy, que ya ha pedido perdón a la familia de Quinn por ellas, son idénticas a las que pronunció el entonces primer ministro irlandés y líder de Fianna Fáil, Bertie Ahern.

Ayer “Irish Independent”, un periódico de derechas que durante la guerra civil española no dudó en apoyar al dictador Franco, señalaba, entre otras cosas, que una victoria de Sinn Féin podría causar una fractura económica similar a la que vive Venezuela.

De cumplirse los pronósticos de las encuestas de opinión, el principal perdedor de las elecciones sería Fine Gael, cuyo apoyo entre los votantes ha colapsado. El partido conservador ha centrado su campaña en el Brexit y la recuperación económica tras la crisis de 2007 con la esperanza de asegurarse un tercer mandato.

Sin embargo, las consecuencias de las políticas del partido de Varadkar para la ciudadanía han sido la subida en el coste de vida y el desgaste de los servicios públicos. El crecimiento económico no se ha dejado sentir por la mayoría.

El norte de Irlanda no ha sido un tema central en la campaña, pero Sinn Féin ha reiterado su petición de un referéndum de unificación a ambos lados de la frontera para 2025. Curiosamente, el diario británico “The Times” publicaba recientemente un sondeo que apuntaba que cuatro de cada cinco irlandeses apoyan la unidad de Irlanda.

Los resultados de Sinn Féin en las encuestas de opinión, sólo un mes después de que se restablecieran las instituciones norirlandesas y el Ejecutivo de Belfast, han sacudido a los unionistas norirlandeses, según Duncan Morrow, profesor de Política en la Universidad de Ulster. Subraya que «los unionistas están tratando rápidamente de averiguar qué podría significar esto». Esta semana Michelle O'Neill, vicepresidenta de Sinn Féin y vice primera ministra del Ejecutivo de Belfast, asistió a un acto en apoyo al Servicio de Policía de Irlanda del Norte, lo que fue calificado de «sísmico e histórico» por el jefe de Policía, Simon Byrne.