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La Policía de Barrio de Iruñea realizó cerca de 4.000 actuaciones durante 2019

La Policía de Barrio de Iruñea, presente ya en todas las zonas de la ciudad, realizó cerca de 4.000 actuaciones durante el 2019, un tercio de ellas en los barrios de Sanduzelai y Buztintxuri, y afronta el 2020 con la novedad de un servicio mensual de atención a la ciudadanía en los centros de la red Civivox.

La Policía de Barrio de Iruñea realizó casi 4.000 actuaciones en 2019. (POLICÍA MUNICIPAL DE IRUÑEA)
La Policía de Barrio de Iruñea realizó casi 4.000 actuaciones en 2019. (POLICÍA MUNICIPAL DE IRUÑEA)

Así lo han anunciado en rueda de prensa el concejal delegado de Seguridad Ciudadana, Javier Labairu; el jefe de Policía Municipal, Javier Goya; y el subinspector del Grupo de Policía Comunitaria, Ricardo Martínez, donde han explicado los datos de trabajo del organismo policial durante el pasado año.

Goya ha explicado que estos policías visitan asiduamente los centros educativos, comunitarios, y las asociaciones vecinales, estando en contacto «con el tejido social y vecinal» y formando «parte activa de las redes del barrio».

En la actualidad, ese Grupo de Policía Comunitaria está compuesto por nueve agentes: un subinspector, un agente primero y siete policías, que cubren todos los barrios de la ciudad, con mayor incidencia en Sanduzelai y Buztintxuri, con el 36,8 % del total de las actuaciones, seguido de Arrotxapea con un 17 %.

En Sanduzelai, Goya ha comentado que se ha creado un grupo de WhatsApp con todos los comerciantes del barrio en el que informan «cada vez que tienen una inquietud o ven una cosa rara en el barrio» y además están en contacto permanente con NASUVINSA por ser una zona «degradada» y con «gran cantidad de pisos de acogida», según Martínez.

También han destacado la actuación de la policía en ‘Tiempo fuera’, un proyecto del Gobierno de Nafarroa con alumnos problemáticos, que en vez de ser expulsados a casa, son «tutorizados» por un agente de policía para realizar algún tipo de actividad en el Civivox o en el barrio, para inculcarles «un poco de educación cívica».

Los agentes han asegurado que «no se aburren» en Arrotxapea, el segundo barrio con más actuaciones del Grupo. Allí han explicado que «se han desmantelado varios puntos de ventas de estupefacientes» gracias a la información proporcionada por los vecinos, y se ha llevado a cabo un control del estado de los pisos ocupados en la zona y de sus inquilinos.

El control de la hostelería ha sido la tarea principal del grupo en la zona de Alde Zaharra y Txantrea, que en otros barrios también ha incluido la localización de huertas ilegales, problemas de pintadas xenófobas en mezquitas, informes de señalización o la localización de menores de «los que se había perdido su pista escolar», entre otras.

Asimismo, han destacado que el perfil del policía de barrio es el de una persona «con entre 20 y 25 años de experiencia policial», alrededor de los 50 años de edad, «asentada emocionalmente» y con conocimiento de la ciudad y sus barrios, la cual accede al puesto a través de un «concurso de traslados» y un examen, además de tener en cuenta sus méritos anteriores.

Labairu, por su parte, ha afirmado que «la apuesta de este equipo de Gobierno» está orientada hacia este tipo de policías de barrio y que el objetivo es que, en un futuro «cada uno de los barrios pueda tener uno», algo que será posible si se amplía el número de efectivos, pero que por ahora hay que trabajar «con lo que tenemos».

El Grupo de Policía Comunitaria (Policía de Barrio) se creó en 2017 teniendo como referencia la figura del Policía de Enlace, definida en 2010, con el objetivo de solucionar problemas «desde la perspectiva de la mediación policial» y sirviendo de enlace y fuente de información al resto de la Policía Municipal.

Junto a estas actuaciones, el Grupo de Policía Comunitaria participa en el Grupo de Trabajo sobre Lugares de Culto, así como en el proyecto europeo CLARA contra los discursos de odio, o la cooperativa feminista Dinamia.