El nuevo capítulo del drama humanitario que se vive en las fronteras hacia la Unión Europea (UE) desde la decisión de Turquía de suspender el acuerdo sobre migración sigue avanzando. Tras la agresión ayer de un grupo de fascistas a miembros la ONG vasca Zaporeak, migrantes o periodistas, entre otros, en la isla de Lesbos, hoy el Ejército griego ha anunciado que comenzará «maniobras con artillería pesada» en muchas de las playas de esta isla y ha amenazado con que si se penetra en las zonas en cuestión «corría peligro».
Las maniobras se realizarán desde Agrielia Kratigos en el sur hasta Eftalou en el norte. Las zonas de orilla y mar serán consideradas «un rango de tiro». Además, las autoridades locales han decidido cortar el tráfico de la parte nororiental -donde se encuentra una de las playas que más llegadas experimenta- hacia Moria, donde se encuentra un superopoblado campo de refugiados, que, con una capacidad de unas 3.500 personas, alberga a más de 20.000. Es la costa este de Lesbos, a apenas siete kilómetros de las costas turcas.
Tras la decisión del Ejecutivo de Turquía, Grecia ha suspendido el derecho a asilo durante un mes y ha anunciado que «devolverá» a su país de origen a todos los que entren de forma irregular.
Ayer, un menor murió tratando de llegar a esta isla del Egeo. La zodiac en la que viajaban 48 migrantes llegó hasta la linde marítima con Grecia escoltada por una embarcación turca. Allí y con la guardia costera enfrente, los tripulantes decidieron hacer volcar el bote, una práctica habitual recomendada por los traficantes para forzar un rescate, según el relato de los guardacostas.