La provincia de Idleb ha amanecido en una calma tensa. Ningún avión sobrevuela su espacio aéreo desde meses tras la entrada en vigor a medianoche de un alto el fuego negociado por Rusia y Turquía.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha confirmado la ausencia tanto de enfrentamientos como de aviones de guerra rusos o sirios en el cielo de la provincia, controlada todavía en un 50% por una miríada de grupos rebeldes, salafistas y yihadistas en la que domina una coalición liderada por la sección siria de Al Qaeda.

No obstante, el OSDH, con sede en Londres pero que cuenta con una amplia red de informantes en todo el territorio sirio, ha informado de «enfrentamientos intermitentes e intercambios de tiros en las tres primeras horas de alto el fuego.

Seis soldados sirios y al menos nueve yihadistas del Partido Islámico de Turkestán, cuyos miembros pertenecen mayoritariamente a la minoría musulmana uigur en China, habrían muerto en los enfrentamientos, según el director del organismo, Rami Abdel Rahmane.  

Los presidentes ruso y turco, Vladimir Putin y Recep Tayip Erdogan, alcanzaron el jueves un acuerdo de alto el fuego por el que sus respectivos ejércitos organizarán conjuntamente patrullas conjuntas a lo largo de una franja de tierra por donde pasa la autovía A-4, eje crucial que atraviesa la provincia de Idleb y comunica Damasco con Alepo.

Esta zona ha sido en los últimos días escenario de cruentos combates entre el Ejército Regular sirio y las milicias opositoras, apoyadas por la Armada turca.