El pasado 20 de marzo Michelin decidió prolongar al menos una semana más el cierre de todas sus fábricas en el Estado español, en las que trabajan unas 7.500 personas, y tres días después acordó un Expediente de Regulación Temporal de Empleo por fuerza mayor que, en principio, se iba a mantener durante el tiempo que durase el estado de alarma.
Fuentes de la compañía han explicado a Efe que Michelin fue una de las primeras empresas en parar su actividad para proteger la salud de sus trabajadores, pero consideran que se ha llegado a un momento en el que las fábricas no pueden seguir paradas ya que dan un soporte imprescindible para el funcionamiento de actividades esenciales.
Han recordado que abastecen de neumáticos a vehículos que trabajan en labores agrícolas, en el transporte de mercancías y medicinas, a ambulancias, vehículos de las distintas policías y bomberos, y que en algunos casos son proveedores únicos en muchas ciudades del mundo.
Por ello, se va a comenzar la operativa de las fábricas a partir del 13 de abril y un día después en las plantas de Gasteiz y Lasarte-Oria.
Con este fin la dirección de la empresa está manteniendo contactos con los comités de seguridad y salud laborales para establecer las medidas preventivas necesarias y crear un entorno de trabajo «totalmente seguro conforme a las indicaciones de las autoridades sanitarias, e incluso mayores».