Antes de entrar al detalle sobre los incumplimientos que se han denunciado tras dejar atrás la «hibernación» de dos semanas, cabe añadir que ya había casos de incumplimientos abiertos y que se siguen arrastrando a día de hoy. Muchos de ellos tendrán que resolverlos las autoridades al haberse interpuesto denuncias formales.
El incumplimiento más general es no mantener la distancia de seguridad de unos dos metros entre trabajador y trabajador. Para ciertas empresas esto es imposible, aunque otras no han hecho el esfuerzo suficiente, según indican los citados sindicatos. Es cuando no existe posibilidad de mantener esta distancia cuando se hace necesario la aplicación de otras medidas de seguridad, como los elementos de protección individual (los EPI).
Además de los EPI, existía y existe la posibilidad de levantar barreras físicas entre los trabajadores (mamparas, etc.), que no se está empleando apenas. Sí que ha habido una mejora notable en la colocación de hidrogeles y otros dispositivos para fomentar el lavado de manos y facilitar la adopción de medidas de higiene.
Con todo, ha surgido cierta preocupación sindical particularmente en Araba y Nafarroa sobre un posible relajamiento en las medidas de distancia en la industria. Al no haber arrancado la Mercedes y la Volkswagen hasta este lunes, muchas de las empresas que les sirven componentes han podido funcionar a medio gas. A partir de ahora, la presión puede ser mayor.
Estas potentes multinacionales decidieron retrasar una semana la reapertura de sus cadenas productivas por la imposibilidad de garantizar una vuelta al trabajo con las debidas condiciones de seguridad y otras empresas mucho más pequeñas y con menor capacidad de implementar medidas se hayan lanzado desde el primer día.
Otro caso destacable en cuanto a los incumplimientos en la distancia de seguridad es que algunas empresas –como Zamatel o Comantur, por ejemplo– están obligando a sus trabajadores a compartir el vehículo cuando acuden a realizar algún servicio.
En cuanto a la falta de EPI, los casos más sangrantes se han detectado dentro de Osasunbidea y Osakidetza, asunto que ya está judicializado. También se ha detectado una partida defectuosa de mascarillas que fueron suministradas por el Gobierno español a distintas comunidades autónomas. La sección sanitaria de LAB en Nafarroa ha emitido una nota denunciando textualmente lo siguiente: «el 12 de abril la Dirección de Cuidados de Enfermería fue avisada por parte de la plantilla de que las mascarillas FFPP 2 de envoltorio verde eran defectuosas. Han tardado cinco días en retirar esas mascarillas. Cinco días en los que el personal ha estado totalmente expuesto».
La escasez de mascarillas está siendo unas constante y, en algunas empresas en concreto, los EPI se han limitado a unos guantes. Otro de los sectores en los que existe una mayor preocupación por la falta de material de protección es el sector sociosanitario, particularmente en las residencias de ancianos y el servicio de atención a domicilio.
También se ha denunciado una escasa formación sobre las medidas a seguir, limitándose en numerosas plantas a meros carteles informativos, sin que se pueda hablar de una instrucción en prevención como tal para la plantilla.
Asimismo, en otras fábricas del sur de Nafarroa se han detectado servicios de limpieza y desinfección que, a ojos de los sindicatos, no estarían cumpliendo con unos mínimos imprescindibles para eliminar el riesgo biológico que supone el virus.
De otra parte, otro de los incumplimientos graves por el que ha habido denuncias es el llamar a trabajar a personas en situación de riesgo, bien por sus condiciones de salud o porque conviven con alguien en esta situación. ELA y LAB, en este punto, urgen a aplicar reubicaciones de puestos para poder garantizar la salud de los trabajadores.
Ambos sindicatos cuestionan, asimismo, la forma en la que se están implementando las garantías suplementarias para el no contagio. En la mayoría de los casos se está apostando por regresar primero a la producir e ir implementando las medidas en cuanto les es posible (en ocasiones, a golpe de denuncia). Lo oportuno hubiera sido primero proveerse de los materiales de seguridad apropiados y, solo entonces, reiniciar la actividad.
Por otra parte, ambas centrales subrayan que las medidas de seguridad adoptadas por las empresas que sí han hecho los deberes siguen sin garantizar un riesgo cero para su plantilla y que se hacen necesarias medidas más garantistas, como practicar los test a los trabajadores para evitar contagios en el puesto de trabajo.