Europa inicia un desconfinamiento de alto riesgo
Considerando que tienen «bajo control» la epidemia del coronavirus, Alemania y Noruega comienzan este lunes el desconfinamiento, una lenta y delicada operación en una Europa enclaustrada desde hace semanas, todavía muy afectada por la pandemia pero impaciente por relanzar su economía. Angela Merkel no oculta su preocupación por un excesivo relajamiento.
El continente europeo ha pagado hasta la fecha un grave tributo por esta enfermedad, ya que contabiliza cerca de dos tercios de las 164.000 muertes registradas en el mundo. Italia es el más afectado (23.660 decesos), seguido del Estado español (20.453), el Estado francés (19.718) y Gran Bretaña (16.060).
Con 135.000 casos confirmados y cerca de 4.000 fallecidos, en Alemania la pandemia está «bajo control» y es «manejable», según afirman las autoridades, que, por ello, han dado luz verde a la reapertura, a partir de este lunes, de los comercios con una superficie menor a 800 metros cuadrados.
Pero se mantiene la prohibición de reunirse más de dos personas en cualquier espacio público y se aconseja mantener una distancia mínima de metro y medio.
Merkel se muestra enfadada
No obstante, la canciller Angela Merkel ha expresado sus dudas sobre cómo se va a desarrollar esta desescalada. En una reunión por videoconferencia que ha mantenido esta mañana con los dirigentes de su formación política, la CDU, ha instado a poner fin a la «orgía de debates» en torno a un eventual desconfinamiento total, según han comentado a AFP algunos de los participantes en el encuentro.
Merkel también ha dicho que está «muy preocupada» por el creciente incumplimiento de las reglas de distanciamiento social por parte de la ciudadanía. Y, en este contexto, ha lamentado que solo se hable del levantamiento de las restricciones.
«Lo que importa ahora es la evolución de la situación hasta el 30 de abril, cuando expiran las actuales reglas de protección (ante el Covid-19)», ha subrayado durante el debate, añadiendo que seguramente será necesario esperar al 8 o 9 de mayo para saber si, además de la reapertura progresiva de las escuelas prevista a partir del 4 de mayo, será posible levantar otras restricciones.
Olvidar «nuestra antigua vida»
Tiendas de alimentación, librerías, concesionarios de automóviles, comercios de ropa y floristerías pueden acoger de nuevo a sus clientes desde este lunes.
Como en Alemania sí se practica el federalismo, esta medida será aplicada de forma diferente en los dieciséis Länder. Por ejemplo, en Berlín los comercios todavía permanecerán cerrados hoy.
Las peluquerías no podrán abrir hasta el 4 de mayo. Los locales culturales, bares, restaurantes –salvo los que cocinan comida para llevar–, áreas de juego, terrenos deportivos... también siguen cerrados.
Las grandes concentraciones de gente, como los conciertos o las competiciones deportivas, seguirán prohibidas al menos hasta el 31 de agosto.
El plan de desconfinamiento puesto en marcha por Alemania, la locomotora económica del continente, está siendo examinado de cerca por una Europa que vive bajo llave desde hace un mes y en la que algunos estados se preparan para encarar este desafío a medida que parecen contener la epidemia.
El reto es enorme: relanzar progresivamente la actividad, contener la impaciencia de la población que sigue encerrada, incluso los riesgos de explosión social, al mismo tiempo que prever un posible resurgir del virus sin que colapsen unos sistemas sanitarios saturados.
«No podremos hacer nuestra antigua vida todavía durante mucho tiempo. La distancia y la protección continuarán siendo la norma de nuestra vida cotidiana», advierte Armin Laschet, ministro presidente de Renania del Norte-Westfalia, uno de los Länder más golpeados por el Covid-19.
¿Cobayas de laboratorio?
La vecina Austria permitió el pasado martes una prudente reapertura de los pequeños comercios y los jardines públicos, eso sí, instando a la población a limitar sus desplazamientos y conservando severas normas sobre el uso de mascarillas y las distancias entre personas.
Noruega también ha comenzado este lunes a reabrir las guarderías, primer paso hacia un levantamiento lento y progresivo de las restricciones decretadas a mediados de marzo.
Sin embargo, hay madres y padres que han expresado su temor y –al igual que en Dinamarca, que abrió algunos colegios el miércoles pasado– han lanzado la campaña “Mi hijo no tiene que ser un cobaya de laboratorio para el Covid-19” en las redes sociales.
«Ir a la guardería no supone un peligro», asegura el Gobierno de Noruega, que también ha abierto las puertas de las residencias estudiantiles.
El Estado francés, Italia y el Estado español, que en las últimas jornadas están registrando descensos en el número de contagios y decesos diarios, también se preparan para aplicar la desescalada.
El Ejecutivo francés, criticado por haber tardado en generalizar los test y el uso de mascarillas, trabaja en un muy progresivo desconfinamiento a partir del 11 de mayo, aunque aún hay mucha incertidumbre en torno a la reapertura de las escuelas.
En Italia no habrá cambios sustanciales antes del 3 de mayo. Las empresas están retomando la actividad poco a poco y con muchas precauciones.
En Madrid, la improvisada morgue habilitada en una sala de patinaje, que ha simbolizado la hecatombre que ha cubierto de luto la capital española, cerrará este miércoles. Además, en el conjunto del Estado, a partir del 27 de abril niñas y niños podrán salir a la calle a tomar el aire.
Por contra, en Gran Bretaña, donde el confinamiento se instauró el 23 de marzo, se ha prolongado al menos tres semanas, a contar desde el pasado jueves, y el Gobierno todavía no ha puesto fecha para la empezar a salir de esta situación.
«Nuestros corazones están llorando»
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia está lejos de ser subyugada a nivel planetario, con «cifras constantes o crecientes», en particular en Gran Bretaña y el este de Europa.
En Estados Unidos, donde Donald Trump, partidario de una reactivación económica rápida, mantiene un tenso pulso con varios gobernadores demócratas.
El gobernador del estado de Nueva York, epicentro de la epidemia en este país, anunció que se ha iniciado la curva «descendente». «Mantener esta bajada dependerá de lo que hagamos a partir de ahora», subrayó Andrew Coumo, que prorrogó las medidas de confinamiento hasta el 15 de mayo.
Si el estado de Nueva York registra signos de mejoría, el balance general de EEUU continúa agravándose de forma acelerada. La barrera de los 40.000 fallecidos fue superada el domingo, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.
En Japón, que tiene el número de casos más elevado de Asia tras China y la India, los médicos han hecho sonar las campanas de alarma porque este fin de semana, y pese a la instauración del estado de urgencia, se han superado los 10.000 casos.
En China, los institutos de la provincia de Hubei, de donde partió la epidemia del Covid-19, reabrirán el 6 de mayo. Allí la enfermedad está totalmente controlada desde hace casi dos meses y en los últimos días se está retomando la actividad progresivamente.
Por otro lado, como ha ocurrido con las pascuas cristianas y judías, el mundo musulmán se prepara para un ramadán sin precedentes, con un Oriente Medio sumergido en un confinamiento generalizado, desde Arabia Saudí hasta Marruecos, pasando por Siria, Líbano o Egipto. «Nuestros corazones están llorando», lamenta el muecín de la Gran Mezquita de La Meca, que se ve desierta.