Pablo Salas Moreno, general de la Guardia Civil, es el número director adjunto operativo (número dos en la práctica), tras la renuncia de Laurentino Ceña, que se ha vinculado a la crisis abierta entre GC y Gobierno por el informe que criminaliza la gestión del coronavirus.

Lo ha anunciado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ha destacado el perfil de Salas en la lucha anti-ETA en fechas recientes, citando como ejemplo la detención de Josu Urrutikoetxea en Saboya en mayo de 2019.

Hasta esta fecha, Salas Moreno era el máximo responsable del Servicio de Información de la Guardia Civil.

Como era previsible, Marlaska ha situado la dimisión de Ceña como un aspecto derivado de su edad, ya que pospuso su jubilación por la crisis del coronavirus, aunque por lo que ha trascendido se va en disconformidad con el cese del jefe de la Comandancia de Madrid, Diego Pérez de los Cobos.

Sobre este último, ha mostrado mucho cuidado en no ligarlo con la investigación judicial de la gestión gubernamental de la pandemia. Y es que la jueza instructora del caso, Carmen Rodríguez Medel, ya apunta directamente al Gobierno para investigarle si entiende que se ha tratado de una represalia por el informe de la Guardia Civil de Madrid que señala incluso a Fernando Simón.

Completado el 20% más de sueldo

Grande-Marlaska ha aprovechado la misma comparecencia tras el Consejo de Ministros para anunciar un aumento de salario a policías y guardias civiles, tras las demandas de equiparación salarial con cuerpos autonómicos reiteradas por sindicatos y plataformas como Jusapol.

Se les pagará el tercer y último tramo de este proceso de equiparación, con un partida de 247 millones de euros, por decisión del Consejo de Ministros, lo que completa una inyección de 807 millones en total e incrementa las nóminas en un 20% respecto a lo que cobraban en inicio.

El titular de Interior se lo ha agradecido expresamente a la ministra de Hacienda, recordando que vienen tiempos presupuestariamente muy difíciles. Y ha asegurado que policías y guardias civiles no habían pedido este tercer tramo, conscientes de los efectos de la pandemia.