Cientos de personas han rendido homenaje a George Floyd en el anfiteatro de una universidad de Mineápolis. Entre otros han acudido Martin Luther King III, el hijo mayor del líder de los derechos civiles para los afroamericanos, así como el reverendo Jesse Jackson, que estuvo a su lado en las marchas de los años 60.
Frente al ataúd plateado de Floyd, Jackson ha pronunciado un emocionante discurso en el que ha instado a la comunidad negra a quitarse de una vez por todas la «rodilla» que les presiona el cuello y les impide prosperar, una metáfora con la que evocaba la muerte de Floyd a manos de la policía.
«La historia de Floyd es la de todos los afroamericanos de este país, -expuso Jackson- ¡Desde hace cuatrocientos años, la razón por la que no hemos podido ser quiénes queremos ser y no hemos podido siquiera soñar con quién queremos ser es porque hemos tenido tú rodilla sobre nuestro cuello!».
El reverendo argumentó que «lo que le ocurrió a Floyd, ocurre cada día en este país, en educación, en la atención sanitaria y en cualquier otra área de la vida», por lo que pidió a la comunidad negra que se rebele.
La protestas y manifestaciones continúan por todo el país, mientras al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le están lloviendo las críticas por su manejo de las protestas contra la brutalidad policial, por su falta de empatía con las víctimas y su enfoque divisionista.
Por otro lado, la Justicia estadounidense ha impuesto este jueves una fianza de un millón de dólares (alrededor de 882.700 euros) a los agentes de la Policía de Mineápolis acusados de ser cómplices de la muerte de George Floyd.
Según varios documentos judiciales a los que ha tenido acceso la cadena CNN, la fianza fijada para los agentes J. Alexander Kueng, Thomas Lane y Tou Thao es de 1 millón de dólares o de 750.000 dólares (662.000 euros) en caso de que dejen de trabajar como agentes del orden público y dejen de tener contacto con la familia del fallecido.
Por su parte, Derek Chauvin, el agente que aparece en un vídeo aplastándole el cuello con la rodilla a Floyd, ha sido acusado de asesinato en segundo grado, lo que podría acarrear una pena de hasta 40 años de prisión.