Mikel Insausti

‘La posesión de Mary’: Brujería en la maldición del barco fantasma

Emily Mortimer, al frente de esta ruinosa cinta terrorífica. (NAIZ)
Emily Mortimer, al frente de esta ruinosa cinta terrorífica. (NAIZ)

LA POSESIÓN DE MARY
EEUU. 2019. 84’ Tit. Orig.: ‘Mary’. Dir. y Fot.: Michael Goy. Guion: Anthony Jaswinski. Prod.: Alexandra Milchan, Scott Lambert, Mason McGowin, D. Scott Lumpkin y Tucker Tooley. Int.: Gary Oldman, Emily Mortimer, Manuel García-Rulfo, Owen Teague, Jennifer Esposito, Stefanie Scott, Chloe Perrin. Mús.: The Newton Brothers. Mont.: Jeff Betancourt.

La pregunta del millón es qué diablos pintan Gary Oldman y Emily Mortimer al frente de esta ruinosa cinta terrorífica en alta mar, a no ser que les apeteciera darse una vuelta en velero y se lo tomaran como unas vacaciones pagadas. Ya en serio, hay que reprocharles que sirvan de anzuelo para espectadores incautos que pagan su entrada confiando en el prestigio del reparto, para encontrarse luego con un horror de producción que parece que está hecha sin guion y con un montaje de escenas inconexas, que contribuyen al delirio de una muestra del género llena de tópicos trasladados al ambiente de las tormentosas travesías marítimas a la deriva.

Para colmo de males, ‘La posesión de Mary’ (2029) es un título engañoso que hace pensar en una película de exorcismos diabólicos, cuando de eso no hay nada de nada. Se trata simplemente de un caso de brujería, de una venganza por parte de un ser de ultratumba que quiere recuperar a sus hijos ahogados en el fondo del mar arrebatándoselos a los nuevos dueños y ocupantes del barco maldito, rebautizado como Mary en honor de la hija menor de su nuevo propietario. Los conflictos familiares no tardan en salir a la luz en medio de la singladura con rumbo, cómo no, a las Bermudas. Y todo termina como el rosario de la aurora, con investigación policial incluida.