La entrada en el blog del jeltzale está teniendo un importante eco en medios madrileños, pues alimenta la idea de una campaña dirigida por la derecha para acrecentar la polarización y el enfrentamiento.
«Mañana [por este domingo], los herederos del mismo Aznar volverán a posar bajo el nuevo roble de Gernika, un árbol vigoroso que crece con fuerza y esplendor tras la crisis de sus antecesores. Un símbolo de libertades cuya grandeza estriba en dar cobijo a todos, incluidos los negacionistas de su rango genuino diferencial», ha escrito Mediavilla.
El responsable del PNV atribuye a las FAES y a la línea ideológica que defendía José María Aznar el sentido de este acto. Obviando, de algún modo, que la provocación es la tónica de la campaña electoral por parte de un españolismo de derechas que acude dividido entre Vox y y la coalición de Pablo Casado e Inés Arrimadas.
Hasta ahora, ha sido Vox quien ha desplegado los principales acciones de provocación y de bronca acudiendo, por ejemplo, al barrio de San Francisco de Bilbo y saliendo de allá entre insultos. Lo mismo ha ocurrido este mismo viernes en Donostia, donde se han acabado produciendo altercados y se han registrados dos detenidos por parte de la Ertzaintza.
Con todo, tampoco el partido de Santiago Abascal ha innovado nada. La búsqueda de una mayor resonancia mediática acudiendo a hacer campaña en lugares donde el sentido del voto es justamente el contrario ha sido algo muy explotado por Ciudadanos en otras ocasiones. Ocurrió en Altsasu y, más recientemente, en Errenteria, donde el 14 de abril organizó Albert Rivera un gran acto electoral que generó una importante reacción popular. A raíz de aquello, 23 personas están siendo procesadas por una posible comisión de delitos electorales y contra el orden público.