Enl primer día en el que llevar mascarilla es obligatorio, al margen de que se pueda dejar o no el margen de un metro y medio de seguridad, se percibe un uso generalizado de las mismas en Iruñea. A diferencia de las jornadas precedentes, el empleo de las mascarillas es generalizado hoy en las calles de la capital navarra.
Es 17 de julio. No es precisamente uno de los días en los que el centro de Iruñea registra una mayor afluencia de personas. La jornada ha amanecido nubosa y la temperatura es fría para la época del año en la que nos encontramos. Los termómetros no superan la cifra de los 18 grados. El calor no es, por tanto, una excusa hoy para llevar la mascarilla.
Sin embargo, parece que el elemento que más contribuye a la práctica unanimidad del uso de la mascarilla es la decisión del Gobierno navarro de hacerla obligatoria a partir de las 00.00 horas de hoy.
En un paseo de una hora por el centro de la ciudad, se constata que casi todo el mundo lleva mascarilla por la calle. Hay alguna excepción, como quienes están fumando o están en una terraza de un bar tomando una consumición. También hay alguien que no la lleva, sin motivo aparente para no hacerlo. Pero hay que dejar claro que es una excepción minoritaria. También hemos visto agentes de la Policía Foral controlando en la calle Mercaderes a dos jóvenes que no llevaban mascarilla. Son candidatos a recibir una multa de cien euros.
La sensación de que todo el mundo lleva mascarilla se percibe tanto en Alde Zaharra, una zona con calles más estrechas en las que la distancia de seguridad es más complicada, como en la comercial Carlos III, de aceras más anchas.
Curiosamente, la consejera de Relaciones Ciudadanas del Gobierno navarro, Ana Ollo, ha comparecido hoy sin mascarilla en la sala de prensa. Quizás no sea necesario según la guía que ha hecho pública el Ejecutivo. O imprescindible. Pero parece que hubiera sido una buena ocasión para dar ejemplo.