Joseba ITURRIA

Zurutuza pide a sus compañeros en su adiós que se queden: «Tengo el abono y quiero disfrutar»

David Zurutuza se ha despedido tras once años en el primer equipo de la Real con una rueda de prensa en la que ha sido fiel a su forma de ser especial y natural. Ha destacado que entrega el testigo tranquilo porque deja el club «en buenas manos» y ha pedido a los demás jugadores que se queden «como he hecho yo. Tengo el abono y quiero disfrutar».

David Zurutuza ha estado acompañado de Jokin Aperribay en su despedida. (Prensa REAL SOCIEDAD)
David Zurutuza ha estado acompañado de Jokin Aperribay en su despedida. (Prensa REAL SOCIEDAD)

David Zurutuza ha estado acompañado en su despedida en la mesa por el presidente Jokin Aperribay en una sala de prensa de Anoeta en la que han querido darle sus últimos aplausos como jugador sus compañeros de esta temporada y algunos de los que vivieron con él la temporada del ascenso.

Nacido en Rochefort, aunque se ha considerado debarra, cumplió 34 años el domingo y su equipo le regaló una despedida que no olvidará después de asegurarse el paso a la fase de grupos de la Europa League. Es el último integrante de la plantilla del ascenso que quedaba en la primera plantilla realista, a la que subió esa misma temporada 2009-10.

Le costó dar el salto tras subir al Sanse en la 2005-06, jugar en el Eibar en la 2007-08 y, ya con los problemas de lesiones que le han impedido dar aún un mayor rendimiento, tener que volver al filial en la 2008-09, en la que debutó con el primer equipo en un partido contra el Huesca. Al año siguiente subió al primer equipo para vivir los mejores momentos recientes del club.

«El final de una generación»

Jokin Aperribay ha recordado que cuando subió al primer equipo «estábamos en Segunda y en los últimos años nos hemos clasificado cuatro veces para Europa. David representa el final de una generación de Zubieta que siempre habéis estado ahí. Os ha tocado lo más difícil, con pocos medios, cuesta abajo, y con más o menos acierto hemos hecho mucho y quiero daros las gracias».

El presidente blanquiazul ha confirmado que le entregará la insignia de oro y brillantes del club «cuando el campo esté lleno, que es lo qué él se merece y la afición quiere porque el grito de ¡Zuru, Zuru! es uno de los que más se ha escuchado en Anoeta».

David Zurutuza se ha despedido con un discurso íntegro en euskera en el que ha destacado que «me siento un privilegiado porque he llevado la camiseta de la Real. Me ha llegado el momento de decir adiós. He estado desde los 13 años en esta escuela en la que se hace un gran trabajo con todos los entrenadores, y quiero destacar el esfuerzo de la familia y su sacrificio. Gracias a todos me he convertido en la persona y el jugador que soy».

Ha recordado que «cuando llegué al primer equipo estaba en un mal momento y la Real hizo una apuesta por los jóvenes y de ahí salimos muchos jugadores de una generación que ahora somos amigos. Nos toca dar el testigo porque hay muchos jóvenes con muchas ganas, como yo me veía a su edad. A tope».

David Zurutuza ha lamentado que la pandemia del coronavirus le haya impedido tener aún una mejor despedida con los aficionados y celebrando el título en la final de la Copa, pero se ha marchado «a gusto con lo que he hecho. He disfrutado mucho en este camino tanto en el campo como fuera y miro hacia atrás y tengo muchos momentos bonitos y me llevo muchas cosas buenas de la Real, como todos los que estáis aquí».

Ha admitido que «mi momento se ha acabado. Quiero agradecer al entrenador, a todos los entrenadores, a los trabajadores, a los jugadores, a mi mujer porque siempre ha estado ahí. Es mucho sacrificio ser la mujer de un futbolista. Deben dejarlo todo por nosotros».

¡Zuru, Zuru!

También Zurutuza se marcha agradecido a su afición: «Me he sentido querido por el aficionado. Escuchar el ¡Zuru, Zuru! me ha dado mucha fuerza y cariño. La pena es que acabo sin aficionados, que no sé si el fútbol tiene sentido sin ellos. Es muy diferente, no tiene sal. Como en todos los espectáculos se necesita el calor del público».

Ha lamentado también que «sabia que iba a ser la última temporada y ha sido dura porque no la he disfrutado en el campo. No estaba en buena condición y los compañeros me lo ponían muy difícil. Estamos ante una nueva generación que viene con mucha fuerza y está muy difícil entrar en el once».

Por eso se marcha tranquilo porque «dejo en buenas manos el club. Estoy convencido de que estamos ante una Real que va a marcar otra época. Estos chavales pisan muy fuerte el acelerador y lo he sufrido este año. Decirles a la afición que van a disfrutar mucho, que cuiden a estos chavales, que si no remamos todos juntos el barco da bandazos. Es cuestión de todos, aquí se trabaja lo mejor posible y los resultados tienen que llegar».

Su forma de ser natural le ha generado algunos problemas, pero se ha mostrado
«supertranquilo por decir las cosas que pensaba en cada momento, aunque es verdad que algún vez la habré cagado».

Y con esa naturalidad y esa confianza en los jugadores les ha pedido que se queden cuando ha destacado las diferencias entre la Real que encontró y la que deja: «Era una Real con muchos menos medios en Segunda. La ilusión y la fortaleza era muy grande, pero ahora es otra Real.

Ha añadido que «veo mucha más cálidad, más versátil. Vemos el resultado del primer equipo, pero para que esos chavales hayan llegado hay un gran trabajo detrás. Desde que entré a los 13 años ha habido una evolución enorme en las categorías inferiores. No se trabaja igual y el resultado de todo eso es que los jugadores que llegan se adaptan muy bien».

Por eso ha repetido varias veces que «me voy supertranquilo con una gran Real, una generación que espero que estén muchos años y que no se vayan como lo he hecho yo. Espero que sean igual de felices como lo he sido yo. Pueden probar otras cosas, pero aquí se vive muy bien y espero que se queden porque tengo el abono y quiero disfrutar».

«El fútbol exige un sacrificio grande»

Con esa misma naturalidad a la hora de hablar del futuro ha destacado las pequeñas cosas a las que tiene que renunciar un deportista profesional: «Tengo muchas cosas en la cabeza. Demasiadas. Ahora quiero desconectar de todo esto, porque exige un sacrificio muy grande. La gente no es consciente de lo que supone ser jugador de fútbol».

Ha añadido que «toda la semana estás pendiente de cuidarte y de comer bien. Llevo muchos años cuidándome porque me gusta estar bien para el partido y me apetece desconectar y estar con la gente cercana, con mi mujer, mis hijos, mis amigos, que al final los fines de semana los tienes ocupados y algo tan simple como tomarte unas rabas los domingos con mi mujer y mis hijos lo podré hacer. Parece simple, pero para nosotros no lo es».

La prensa ha aprovechado la presencia de Jokin Aperribay para preguntarle por el futuro de los otros dos jugadores que acaban contrato con la Real, Martín Odegaard y Miguel Ángel Moya, que han acabado jugando con un gran compromiso cuando se habían acabado los contratos. Ha respondido que «estamos muy contentos con Miguel y con Martin, los veo con una sonrisa y ya veremos. Pero es la despedida de David».