Mikel Insausti

‘Voces’: Psicofonías en un caserón que provocan el terror

Roberto Sancho es el padre del niño que escucha voces extrañas. (NAIZ)
Roberto Sancho es el padre del niño que escucha voces extrañas. (NAIZ)

VOCES
Estado español. 2020. 93’. Dir.: Ángel Gómez Fernández. Guion: Santiago Diaz y Víctor Gado. Prod.: Juan Moreno, Guillermo Sempere, Koldo Zuazua, Ángel Gómez, Arantxa Domingo y Ana Figueroa. Int.: Rodolfo Sancho, Ramón Barea, Belén Fabra, Lucas De Blas. Mús.: Pablo Rosso. Mús.: Jesús Díaz. Mont.: Victoria Martín y Mario Sierra.

El debutante Ángel Gómez apuesta por el terror clásico y el cine de género multirreferencial a lo largo de ‘Voces’ (2020), y muy en especial en los títulos finales de crédito, en los que homenajea al Mario Bava de ‘La máscara del demonio’ (1960) y al Darío Argento de ‘Rojo oscuro’ (1975).

Otros títulos influyentes han sido ‘Pesadilla diabólica’ (1976), de Dan Curtis; ‘Al final de la escalera’ (1980), de Peter Medak, o ‘Poltergeist’ (1982), de Tobe Hooper. También se aprecia una querencia por los giros argumentales inesperados a lo Shyamalan, así como una cierta identificación con realizaciones más recientes como ‘Hereditary’ (2018), de Ari Aster; ‘Daniel no es real’ (2019), de Adam Egypt Mortimer, y ‘Malasaña 32’ (2020), de Albert Pintó.


Con semejante bagaje a cuestas este primer largometraje pertenece de lleno a la tradición de casas encantadas con protagonismo infantil, pero con una variante o novedad que la diferencia de otras películas semejantes, ya que el fenómeno sobrenatural que mortifica a los habitantes de este caserón rural es el de las psicofonías. El padre de familia se dedica a comprar inmuebles abandonados o en mal estado para rehabilitarlos y venderlos, motivo por el que encuentra la vivienda con pasado en la que transcurre la acción.


Quien oye las voces extrañas es su hijo pequeño de 9 años, un niño llamado Eric que es interpretado por Lucas De Blas, mientras que Rodolfo Sancho asume el rol paterno. Cuando la fantasmal experiencia auditiva va a más y empieza a ser tomada en serio, el hombre no tendrá otro remedio que recurrir a un escritor especializado en parapsicología, al que da vida Ramón Barea, y cuya hija es una técnica de sonido escéptica que le ayuda a hacer las grabaciones. Este investigador busca respuestas a acontecimientos inexplicables que le han ocurrido durante su vida y la condicionan.