En declaraciones a la emisora FranceBleu, Caroline Parizel, adjunta a fiscal de Baiona, ha asegurado que, las primeras investigaciones sobre el terreno apuntan a que el incendio que destruyó 165 hectáreas de bosque, el jueves, en Angelu «no se debió ni al impacto de un rayo ni a la caida de un poste eléctrico».
Al parecer solo se ha comprobado la existencia de un foco. El fuego partió de las inmediaciones del estadio Orok Bat para extenderse al adyacente bosque de Txiberta, conformado de los característicos pinos marítimos, hasta alcanzar la zona marítima de La Barre.
La investigación, que asumió oficialmente ayer tarde la Fiscalía de Baiona, ante la cual el Ayuntamiento de Angelu presentó una «denuncia contra X», es decir por motivo o contra persona que no se conocen, se centrará a partir de ahora en determinar si el fuego fue provocado o se debió a un accidente.
Dos equipos de la Policía Judicial especializados en incendios han llegado esta mañana al lugar en el que ocurrió el siniestro procedentes de Toulouse y Marsella.
En el lugar que fue pasto de las llamas sigue un retén de bomberos, aunque la lluvia fina que ha caído en las últimas horas sobre la cosa labortana ha sido acogida con alivio, por lo que, tras declararse ayer el incendio bajo control, hoy ya se descarta el riesgo de un rebrote del fuego.
Así lo ha confirmado el propio alcalde de Angelu, Claude Olive, que en una carta pública difundida este sábado ha vuelto a expresar su emoción y también su malestar por lo ocurrido.
Además de trasladar su agradecimiento a los servicios y a los vecinos que han colaborado para mitigar las consecuencias del siniestro, Olive se ha comprometido por medio de ese escrito a «encontrar la financiación y las complicidades institucionales necesarias» para volver a plantar el bosque.
Debate sobre mantenimiento del bosque y la presión inmobiliaria
En respuesta a las quejas que han expresado no pocos vecinos, a través de los medios de comunicación, en el sentido de apuntar a «la falta de labores de limpieza y mantenimiento« en el considerado único pulmón verde de Angelu, el primer edil conservador se ha limitado a considerar que «a veces se deja a la naturaleza ir demasiado lejos y se hace difícil calibrar el riesgo de incendio».
Olive ha asegurado a continuación que «vamos a replantar el bosque, aunque lo haremos de forma diferente, teniendo más en cuenta las medidas de seguridad pero también las características propias de este macizo boscoso», y ha prometido a los angeluarras: « Vamos a tener un bosque todavía más hermoso, más seguro y sobretodo mejor adaptado a las condiciones climáticas de nuestro tiempo».
Igual compromiso de reconstrucción en el caso del centro ecológico Izadia. «Levantaremos un nuevo edificio, que se integre en el paisaje pero se una referencia al mismo tiempo de las nuevas técnicas de construcción sostenible, un testimonio de nuestro compromido ecológico» ha escrito el alcalde conservador.
Sobre los rescoldos, el debate relativo a las especies de árboles, las labores de limpieza y prevención pero también a la fuerte presión inmobiliaria en una zona tan selecta como Txiberta van a estar sobre la mesa.
Olive eludió el pacto de metamorfosis ecológica
Aprender de lo ocurrido y acelerar definitivamente los ritmos de la transición ecológica. Ese ha sido el mensaje lanzado tras el siniestro por el colectivo ecologista Bizi!, que considera que «cuando nuestra casa se quema no podemos seguir mirando hacia otro lado».
Bizi! ha mostrado su solidaridad a los vecinos de Angelu pero no ha obviado el dato de que el nombre del alcalde de Angelu no figura en la lista de esa cuarentena de alcaldes salidos de los comicios municipales que firmaron el compromiso medioambiental propuesto por este colectivo.
Exactamente 46 municipales de Ipar Euskal Herria, lo que equivale al 62% de su población, secundaron las medidas incluidas en el pacto de metamorfosis ecológica coincidiendo con la última campaña electoral.
A la vista del daño medioambiental y paisajístico sufrido esta semana en Angelu, la única buena noticia es que, pese a la virulencia del incendio, no hubo que lamentar víctimas.
Las 16 personas que requieron de asistencia médica -en su mayoría bomberos- estaban ayer de vuelta en sus hogares, aunque no olvidarán fácilmente la imagen de desolación provocada por «el incendio más grave de los últimos cuarenta años», en palabras de una veterana residente de Txiberta.
Los vecinos evacuados han podido entrar otra vez en sus domicilios, aunque solo sea para calibrar los daños. Hay once viviendas seriamente afectadas, y cuatro más quedaron totalmente destruidas por el fuego.
La Policía Municipal de Angelu ha hecho hoy el enésimo llamamiento a automovilistas y a curiosos a no pasar por la carretera de La Barre para evitar colapsos de circulación.
Desde que ocurriera el incendio en Txiberta, esa ruta es utilizada por no pocas personas que quieren acercarse a ver por sus propios ojos -y no por la infinidad de videos que pululan en redes sociales- los efectos destructores de ese fuego que ha dejado sin su bosque a una localidad en cuyo escudo histórico figura la expresión gascona (occitana) «Mar e Pignada per m’aida» (el mar y el pinar me protegen).