El presidente de Biarritz Olympique sigue haciendo amigos. El club rojiblanco se halla en una más que delicada situación económica, y su futuro pende de los hilos institucionales. Pese a ello, Jean-Baptiste Aldigé parece haber adoptado como estrategia una política de tierra quemada, con la idea de que, puestos al borde del precipicio, los electos no dejarán caer a una entidad con tal solera.
El primer match-ball se salvó en las pasadas elecciones municipales con la victoria de Maider Arosteguy, que en principio dará luz al proyecto inmobiliario de Aguilera, una operación que oxigenará las arcas rojiblancas. Otros candidatos querían cerrar el grifo, vistos los desplantes y las actitudes de Aldigé. No obstante, la nueva alcaldesa ha querido dejar claro quién tiene la sartén por el mango. «La jefa soy yo», manifestó en una entrevista publicada ayer por ‘Sud-Ouest’.
Arosteguy asistió el lunes al acto de presentación de la plantilla. En el mismo estuvo su homólogo de la vecina y rival en lo deportivo Baiona, Jean-René Etchegaray, ya que es además lehendakari de la Mancomunidad Vasca.
No hubo medios de comunicación en dicho evento, pero Etchegaray ha anunciado una demanda contra Aldigé ante el Tribunal de Baiona por «difamación», debido a las palabras pronunciadas por el presidente del BO ante socios y patrocinadores.
«Este seños ha puesto en duda mi probidad –honradez, integridad– con propósitos difamatorios. Sé que la prensa no estaba presente, pero era una reunión pública y por lo tanto son comentarios públicos», ha precisado el lehendakari, sin precisar con exactitud las expresiones utilizadas por Aldigé.